Nota previa al lector: He contestado a todos vuestros comentarios en el mini-post anterior... ;)
¿Quién no se ha quedado una madrugada a las 3’50 a.m. viendo el Ab-Flex reducir 15 tallas en 30 segundos?
¿Quién no se ha quedado enganchado a la pantalla viendo como el Super-Wok cocina las verduras sin esfuerzo?
¿Quién no se ha acercado a la pantalla de tv viendo como una escoba a pilas recoge más mierda que un aspirador de 3.500 W?
Yo me he quedado viendo eso y mucho más, y no una, ni dos, ni tres veces…
No puedo hacer un repaso extenso a toda la serie de inutilidades que se venden por televisión, porque el post sería de dimensiones exageradas. Simplemente mencionaré dos o tres de los más populares y que tienen un poder magnético para atraparte la vista delante de la pantalla de tv.
UltraFaja SuperReductora con efecto calor: pierde 5 tallas en 20 minutos.
Evidentemente lo de que pierdas 5 tallas es mentira. Todo lo demás es verdad.
Pero lo mejor de lo mejor es...
Creo que jamás en mi vida he visto tantos aparatos para hacer abdominales y pasar de ser un obeso mórbido a una modelo de pasarela con anorexia incluida… eso sí, siempre en un tiempo récord y teniendo en cuenta que todos y cada uno de los aparatos que se venden, ‘caben perfectamente debajo de la cama’. La teletienda me ha hecho descubrir un hecho del que la ciencia aún no se había percatado: la parte de debajo de la cama es como el universo; infinita.
Además, en los anuncios de los aparatos para reforzar abdominales, reducir talla, fortalecer glúteos, etc., siempre sale un imbécil patoso usando cualquier otro artefacto de la competencia de una manera que te dan ganas de darle una colleja y decirle ‘así no, idiotaaaaaaaaaa!’.
Pero lo mejor es el antes y el después. Porque los aparatos de gimnasia no solo tonifican tu cuerpo… no señor!! Los aparatos de gimnasia endurecen tus músculos, tonifican tu piel, moldean tu figura, te hacen las mechas, un corte de pelo nuevo, un maquillaje de estrella de jolibud y te renuevan el armario!! Y tiene que ser así, porque cuando sale el antes, ves a esa señora asqueada de su figura, con el pelo crepado como la Bruja Lola (dos velas negras te ví a poné!), maquillada como Carmen de Mairena y vestida como la Pantoja cuando va al aeropuerto. Pero cuando sale el después, la tía tiene el pelo con un color dorado precioso y unas mechas impecables (que dan ganas de darle el Premio Pantene), un maquillaje a lo Linda Evangelista y un estilazo vistiendo digno de las hermanas Koplowitz.
Yo quiero un aparato para hacer abdominales!! Y no para tener unos cuadraditos musculosos en la barriguita, noooooo! Yo lo que quiero es que al sacarlo de la caja, me peine, me maquille y me renueve el vestuario! Y solo por 2999’99 euros!!!!!!!!!
Aunque es digno de Mención Especial...
Con unas sencillas descargas eléctricas, tus músculos trabajan mientras tú ves la tv, escuchas música en el mp3, escribes un blog, cocinas con el Super-Wok o simplemente te dedicas a hacerte un collar con las pelotillas del culo (y pido disculpas por la imagen tan asquerosa que eso transmite).
Aunque lo más alucinante de todo es cuando acercan la cámara a los músculos del modelo que lo anuncia: ves como sus carnes se mueven! Hay algunos que parece que tengan una crisis nerviosa… y eso te pone cachas! Qué fuerrrrrrrrrrrrrrte! Hay algunos que en lugar de ligeras contracciones parece que tengan parkinson… Y eso te pone cachas… Repito: qué fuerrrrrrrrrrte!
Te enseñan a esas chatis en bikini al lado de la piscina, con sus contracciones musculares… y a mí me dan ganas de pegarles un empujoncito para tirarlas al agua y ver si se electrocutan, o si el gim form-8 se pone en modo ‘natación’, y nadan como la Barbie ‘Spitz’.
El mundo Teletienda es un mundo ideal, donde nada cuesta demasiado teniendo en cuenta lo que te ofrece y el partido que le sacas; donde de ser una patosa con mal gusto pasas a ser una glamourosa refinada; donde los tíos de barriga cervecera y pelo casposo se convierten en Brad Pitt en un abrir y cerrar de ojos… La Teletienda tiene que ser el Paraíso… la Teletienda es el más allá, un más allá al que solo unos pocos privilegiados pueden acceder…
Esta noche me quedo hasta las cuatro de la madrugada delante la tele, a ver qué nueva vida me compro…