KNOCK KNOCK KNOCK!!!

Adelante... pasa... como si estuvieras en tu casa...

30.5.07

La Cadena

Aunque a estas alturas de mi vida bloggera ya sea un puto mito, en la vida normal (¿?) sigo siendo una internauta sujeta a recibir e-mails de esos que contienen una historia o un pps con un sortilegio invisible que desata su ira y su tormento sobre ti caso de no enviarlo a 125.658.354 personas en el plazo de una hora.

En su día ya posteé acerca de los pps a mala leche, pero mira, como este tema es como las natillas, pues repito.

Me gustaría a mí pillar por los pelos (nótese que no digo ‘cabellos’) a ése/a que se dedica a hacer collages y montajes de fotos de amaneceres con el powerpoint (con una patente falta de gusto por lo estético y con una carencia de originalidad más que evidente) y a anotar con un asterisco al final de todo frases del tipo:

¡¡¡Rápido, manda esto al menos a 2 personas, o tendrás mala suerte durante un año!!!

Y a partir de aquí, suele incluir una gradación de categorías de felicidad y suerte con las que serás agraciado dependiendo de la cantidad de personas a las que les pases la putada, recordándote siempre al final que caso de eliminar el mensaje sin reenviarlo o simplemente dejarlo en tu bandeja de entrada sin hacerle jodido caso, mil insectos tijerita vendrán a tu cama mientras duermes y te coserán a mordiscos, a la par que tendrás más mala suerte que Marco buscando a su madre durante cierto tiempo especificado vehementemente.

Pues bien, hoy he vuelto a recibir uno de esos.
Y hoy he desafiado las leyes de los pps (de nuevo) y me he pasado por el forro la maldición y las dos velas negras que me van a poner por haberme pasado el pps en cuestión por cierta parte de mi anatomía.

(Imagen de Akroon sujetando un pps -¿?-, en un atardecer a contraluz, levantando la mano hacia el cielo con el pps en ella y diciendo ‘Juro ante Dios que jamás volveré a reenviar un pps’. Música de violines. Fin de la Imagen.)

Este post no es una broma, es una cadena.


¡¡No la rompas!! Ya ha dado la vuelta a mi casa, y el objetivo es que llegue a dar la vuelta al mundo entero, para que así se propague el mensaje de la amistad, del amor y del mandar a tomar por culo los pps chorra.

Es más, que sepas que si lees este post y no comentas en el plazo de 1 hora desde su lectura, tendrás mala suerte durante los próximos tres siglos.

Ahora, pide un deseo… Con todas tus fuerzas…

¿Ya?
Debes hacerlo con fe, como si estuvieras mirándole a los ojos al mismísimo Ratzinger-Z.

Si me haces un comentario, tu deseo se cumplirá en un año.
Si me haces dos comentarios, tu deseo se cumplirá en un mes.
Si me haces tres comentarios, tu deseo se cumplirá en una semana.
Si me haces cuatro comentarios, tu deseo se cumplirá en un día.
Si me haces de cinco a diez comentarios, tu deseo se cumplirá ahora mismo (por difícil que parezca, pero sí).
Si me haces de diez a cien comentarios, a parte de cumplirse tu deseo, decenas de mujeres/hombres (según prefieras) sensuales querrán tener sexo contigo.
Si me haces más de cien comentarios, todo lo anterior se cumple y además ganas bonus points para tu próxima vida cuando te reencarnes.

No rompas la cadena… ¡Pásalo! ¡Comenta!

25.5.07

Soy un puto mito

Resulta que por el blog de un recién adquirido amiguete me he enterado de algo interesante: cuando un desconocido (te regala flores, éso es impulso) entra en tu blog y se dedica a decir 'caca, culo, pedo, pis, no te estoy, vas a la seño, no te ajunto' eso es que eres famoso. Ja!

No le doy la menor importancia en cuanto a la ofensa personal al tipo/a que comentó en mi post anterior, pero no puedo reprimirme en postear sobre ello (al igual que posteé acerca de la emoción de mi primer comentario, antes de ser mundialmente famosa como soy en la actualidad gracias a él/ella).

Lo que me ha encantado, y ante lo que me quito el sombrero, es la lógica deductiva del/la comentarista.

Evidentemente, mi blog puede gustar o no. Lo que cuento, puede tener interés o no. Puede que escriba bien, regular o directamente con el ojete. Y todo eso, se me puede decir en un comentario al que yo contestaré, porque rara vez dejo comentarios sin contestar.

Nadie puede gustar a todo el mundo, y pretenderlo atenta contra la salud mental propia. Puede haber feedback con quién a ti te gusta, y entonces te lo pasas cojonudamente, y puede que no lo haya, y te buscas otro con quien tenerlo.

Pero lo que me parece absurdo es criticar lo que alguien escribe usando argumentos de EGB.

Puede que mi blog sea una chorrada. ¿Y por qué no serlo? Si te divierten mis chorradas, te quedas, si no, te vas a buscar otro que te aporte lo que tú buscas.
Pero lo que me flipa en colores es el hecho de que el que mi blog sea una chorrada (a criterio de algunos, a quienes respeto como a cualquier otro ser humano) sea un elemento que conlleve necesariamente a que yo sea lesbiana, lo cual me hace deducir que de ser heterosexual tendría un blog de puta madre (dios... no era yo heterosexual???...).

Es bien sabido que los gays y las lesbianas son unos mierdas en lo que a creatividad se refiere. Si no, qué decir de Freddy Mercury, Oscar Wilde y tantos otros. Si hubieran sido heterosexuales, ¡otro gallo hubiera cantado!

Sea como fuere, bienvenidos los que vayáis a comentarme de este modo a partir de ahora, porque con vosotros alcanzaré la gloria blogger... es el precio de la fama.

21.5.07

Los ecos del silencio

Tengo un buen oído para la música, un buen oído para los pequeños ruidos molestosos, un buen oído para conversaciones en un entorno ruidoso… Pero soy nefasta para discernir una canción en el hilo musical de unos grandes almacenes y para determinadas conversaciones.

Creo que se trata de frecuencias que mi oído no percibe. A lo mejor soy alguna clase de super-heroína y no me he dado cuenta y esas frecuencias son mi kriptonita particular… Aunque me parece poco probable.

Hay personas con una frecuencia de voz que se me hace ininteligible: les escucho, atentamente, pero el menor ruido ambiental devora sus ondas acústicas y sólo capto una especie de jhasdf fejwvfh dsa mañana fhdash f hasehf dsa fduiash fdsah cuando jfjdereuuir, fush o tal vez nhcvdusihfrwe. El problema es la reacción ante esto.

Si hay confianza, increpas: '¿qué dices?', y acercas la oreja como una vieja de pueblo con su trompetilla en mano. Generalmente sigo sin captar qué dice, por lo que suelo comentar ‘¡¡¡que no te oigo!!! ¿¿¿qué dices???’, y o bien elevan el tono, o bien vocalizan mejor y al mismo tiempo que centro mi atención en su voz, intento leer sus labios.

Si no hay confianza: se suele recurrir al asentimiento con la cabeza y la sonrisa de gilipollas. Generalmente, por casualidades de la vida, es muy posible que haya una pregunta implícita entre tanto jeroglífico auditivo, de la cual se espere una respuesta. Y ahí estoy yo, con mi sonrisa profidén, y asintiendo con la cabeza. Resultado: parezco gilipollas.

Peligro: que tu interlocutor, un tipo feo, seboso y maloliente que aguantas sólo por imperativo laboral, te esté diciendo ‘y si acaso, ahora nos vamos a un hotel y te echo tres polvos seguidos para que goces, perra’. Y tú ahí, asintiendo con la cabeza y con sonrisa de imbécil.

Aunque, la verdad, hay veces en las que es muchísimo más provechoso no oír nada y obviar contenidos insulsos de conversaciones vacías… ¿o no? Casi nadie aprecia el valor del silencio, y hay silencios más llenos que mil palabras...

11.5.07

La Caperucita Roja

Se estrena hoy un nuevo apartado: Cuentos Remasterizados...

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Caperucita Roja, Kape, como solían llamarle los amigos, era una jovencita de vida alegre, con una abuela que trabajaba como Streaper de la Tercera Edad en los festivales findesemaneros de la residencia de ancianos y con una madre preocupada por los devaneos de su hija.

La madre de Kape fue madre soltera en tiempos complicados para esa condición. No obstante, con su pluriempleo (dependienta de Todo a 100 por las mañanas y Sexadora de Pollos por las tardes) logró ir sacando adelante a su hijita.

Una tarde, la yaya de Kape llamó a su hija al móvil para pedirle que le prestara algo de sombra de ojos, unas pestañas postizas y el carmín color rojo fuego. Tenía actuación por la tarde a petición de unos compis de residencia que habían logrado hacer una colecta después de meses ahorrando de su pequeña pensión de jubilación el dinero que se gastaban en el poleo-menta de las 6 de la tarde.

La madre de Kape preparó un neceser de color dorado y con gran floripondio en la tapa y colocó dentro unas sombras de ojos negras y azules, la barra de labios rojo fuego, unas pestañas postizas y un par de condones (por si la yaya ligaba, que no le pegaran bichos, que a esas edades son muy malos), ah! sí, y una jarrita de miel.

-Kape, niña, llévale esto a la yaya, que esta tarde tiene trabajo y se le han acabado los potingues. Sobretodo, no te me entretengas por el camino, que ya te conozco y a la que te dicen dos linduras te me pones muy tonta y me pierdes los papeles.

-Que no maaaaaaaaaaama, que iré directamente a la residencia y no me entretengo. Además, tengo hora en la pelu para que me hagan las mechas y en la esteticién para depilarme las ingles.

Kape se vistió con sus vaqueros ajustados, sus bailarinas negras, su top negro con escote en V y su caperuza roja con una lengua de Rolling Stones estampada en la parte de atrás.
Se encaminó hacia la residencia de la yaya mientras iba entonando Welcome to the Jungle de los Guns’n’Roses y B.Y.O.B. de los SOAD.

Al doblar la esquina, estando Kape a medio camino de la residencia, apareció un lobo feroz al que todos llaman Wolfie.

Wolfie le preguntó a la chiquilla:

-¿Dónde vas con ese neceser tan fashion digno del Badulaque de Apu?

-¿Y tú, cómo puede ser que siendo un lobo hables?-contestó Kape con desfachatez.

Wolfie se quedó flasheado.

-Cosas de la ingeniería genética y los experimentos farmacéuticos… De todos modos, niña, ¿dónde vas tan contenta?

-Voy a llevarle a mi abuela una par de cosillas que necesita para el show de streaptease de la residencia que hace esta tarde.

-¿La residencia de ancianos ‘A la vejez, viruela’?

-Justamente ésa.

Wolfie pensó que no estaba demasiado lejos de dónde se hallaban. Se despidió de Kape, y se encaminó hacia el hogar de la 3ª Edad.

Un Policía Nacional del lugar, a quien solían llamar Madero, oyó la conversación, y conociendo los antecedentes policiales y penales de Wolfie, puso rumbo hacia la residencia con su moto.

Kape, desobedeciendo las instrucciones de su madre de no entretenerse por el camino, se paró en una cafetería a tomarse un irlandés, fue al centro comercial a comprarse un wonderbra y jugó un rato a la máquina tragaperras de un bar mientras se tomaba una mediana.

Finalmente, llegó a la residencia. Fue a la habitación de su abuela para llevarle los enseres que precisaba para su actuación, y al abrir la puerta, la encontró con la sábana tapada hasta las pestañas metida dentro de la cama.

-Yaya, ¿pero qué haces en la cama? ¿No tienes streaptease hoy?

-Ay, hijita, es que no me encuentro muy bien…

-Ya lo veo… no tienes demasiada buena cara… Yaya, ¿Cómo es que tienes tanto pelo? Vale que si no te depilo el bigote y las patillas pareces la Pantoja, pero joder, yaya, estás muy rara…

-Ay, niña, quita quita. Esto es cosa de Corporación Dermoestética, que fui para que me hicieran la depilación láser y no es la ganga que parece… a parte, estos pelajos, son para calentarte mejor al abrazarte en invierno.

-Aaaaaaah… pues vaya con los de Corporación Dermoestética… Pero yaya, ¿qué ojos más grandes tienes hoy, no??

-Calla calla, niña. Ayer tuve que ir al oftalmólogo a que me revisara las cataratas, y no sé qué me echó en las retinas que se me echan los párpados para atrás. Además, los ojos así, son para verte mejor.

-Joder con el médico de los ojos. Igualmente yaya, te veo los piños desmesuradamente enormes… ¿cómo es que hoy los tienes tan grandes?

-Ay, hija, es que mi compañera de cuarto y yo nos hemos confundido con los vasos donde ponemos la dentadura postiza por la noche. Mira, mira, acércate…

Kape se acercó a Wolfie para mirar la prominente y errónea dentadura postiza de la yaya, y… Aaaarf! Wolfie abrió sus fauces para fagocitar a Kape.

En ese instante, se abrió la puerta de la habitación y entró un celador de la residencia vestido de cazador (estaba haciendo un show con otros tres celadores al estilo Village People). El celador le hizo una llave de judo a Wolfie metiéndole la cabeza en su propio culo (o sea, dejándolo más o menos como una pescadilla, pero al revés). Al instante, apareció Madero pistola en mano, y esposó como pudo (dada la postura) a Wolfie, llevándoselo rodando a comisaría para la oportuna denuncia y posterior procesamiento del sujeto.

Kape se quedó prendada del celador que le había salvado la vida, pero a la vez estaba preocupada por su abuela, ya que si Wolfie estaba en su habitación, ¿dónde estaba la yaya?

El celador le informó de que su abuela estaba en su camerino, enfundándose el liguero de piel y practicando los últimos toques con el látigo antes de salir a escena, mientras esperaba ansiosa los potingues que debía llevarle Kape.

Nieta y abuela se reunieron, y la yaya ejecutó la mejor performance de streaptease de su vida, razón por la que un viejo millonario llamado Mr. Burns se prendó de ella y la pidió en matrimonio. La yaya dijo que de casarse nada, que prefería arrejuntada, que el amor no necesitaba papeles. La madre de Kape la hizo recapacitar y casarse, ya que Burns no tenía hijos y estaba bastante chocho, y era una vía para terminar con el pluriempleo de dependienta-sexadora.

La yaya y Burns se casaron y comieron puré de perdices (las dentaduras no daban para comerlas en otro formato).

La madre de Kape abrió una tienda de alta costura y dejó el pluriempleo.

Kape y el celador se enrollaron, fueron a los mejores conciertos de rock, fumaron petas, bebieron tequila y tiempo después decidieron formar una familia. Tuvieron quintillizos: 4 niños y 1 niña. En su primer Carnaval, los 4 niños se disfrazaron de Village People, y la niña de Caperucita Roja.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado…

3.5.07

EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD

Darwin estaba equivocado de plano. Éste es un hecho incuestionable e inapelable y místicamente demostrado (que no científicamente, pero ¿qué es la ciencia al lado de la mística? Nada, una broma cósmica y punto pelota).

Evidentemente, el origen del ser humano es la transformación metamórfica del barro divino en carne humana, eso sí, sin ombligo (que como es hueco, y por ende tiene ausencia de carne, no se metamorfoseó –porque no había barro que valiera-… ésta es la explicación con total rigor).

Seguro que Dios gritó ‘¡A metamorfosearse!’, y la metamorfosis se hizo, al estilo Power Rangers pero rollo Edén y tal.

Lo que pasa es que Adán y Eva, padres indiscutibles de todos nosotros, (lo cual revela que toda la humanidad somos unos depravados porque nos acostamos con nuestros hermanos primigenios) se aburrían tremendamente en el Edén, con tanta vegetación y tanto no hacer nada y tanto andar en bolas (no tenían programas culturales como Dónde estás Corazón, Hormigas Blancas, Dolce Vita, etc). Un día, Eva, que era muy pérfida (como todas las mujeres), decidió que quería darle alegría a su cu-cu y al cu-cu de Adán, y echaron un casquete (eufemísticamente comieron una manzana, pero seguro que se comieron otras cosas).

Dios pilló un puteo del copón. Y lo pilló porque como Dios está compuesto por partículas del no-ser y es un ente etéreo que está en todas partes (eso del omnipotente, omnipresente y omnívoro), se percató de que no tenía cu-cu, y consecuentemente, no podía darle alegría ninguna.

Supuestamente fue la serpiente, que pululaba por allí en el manzano, la que le dijo a Eva que comiera de la manzana prohibida. En realidad las cosas no fueron así. Dios les dijo a Adán y Eva que podrían pasarse el resto de la vida tocándose la barriga (y sólo la barriga).

En un principio, parecía un buen plan. Es como si les hubiera tocado el sueldo del Nescafé multiplicado por infinito y para siempre jamás. Pero una vez asimilado el premio y tomada conciencia de lo que significa no dar palo al agua sin nada más que hacer que dedicarse a la vida contemplativa retozando entre matojos sin poder mirar el cu-cu del acompañante y sin tener tele que les distrajera de la llamada de la carne, la cosa cambiaba.

Dios era muy de poner condiciones y hablar en metáforas en esos tiempos. Adán y Eva eran algo cortos, y andaban con la primavera revolucionada hasta el entrecejo.

Dios dijo: NO COMERÉIS EL FRUTO DEL ÁRBOL PROHIBIDO. (Traducción: no os podéis dar gusto en el cu-cu, ni solos, ni el uno al otro).

Eva dijo que la serpiente la había tentado, y que sucumbió a comer la manzana. Traducción: Eva estaba muy p’allá por el estado primaveral en que se hallaba inmersa permanentemente, y oía voces (que atribuyó al primer animal que vio colgado del árbol) que le decían que jugara con su cu-cu y con el cu-cu de Adán. Para acallarlas, decidió darle alegría a sus respectivos cu-cus y enseñarle a Adán que las partidas de parchís que jugaban eran aburridísimas comparadas con lo del cu-cu.

Adán, que pensó que estaba hasta los cojones de jugar al parchís con bayas y arándanos, y dado que también estaba más que primaveral, pensó que si jugaban bajito, Dios no se enteraría.

¡Error! Dios es omnipresente, ergo, lo vio todo. Y se jodió de rabia porque él no tenía cu-cu ni Eva con quien jugar, con lo que, como un niño malcriado, decidió pinchar la pelota. Si no jugaba él, no jugaba nadie.

Llegados a este punto, le dijo a Eva que era un zorrón verbenero, y que ya estaba bien de tanto cu-cu y tanta alegría. Les retiró el premio del sueldo Nescafé y les castigó a ganarse el pan con el sudor de su frente (que ya podría haberles castigado de rodillas y de cara a la pared). Sudaron a mares, y cambiaron el sudor por dinero, y con ello, fueron sobreviviendo con hijos que se mataban entre sí y otras lindezas.

Adán siempre culpó a Eva de haber perdido el sueldo del Nescafé, y al final pidió el divorcio. Dios ya había creado a los abogados por esos entonces. El abogado de Eva le reclamó al de Adán el 50% de su sudor como pensión compensatoria. Adán, que estaba hasta los cojones de todo, dijo que le daba igual y que mientras jugaran de vez en cuando con sus cu-cus, se podía llevar lo que le viniera en gana.

Pasado mucho tiempo, Dios, que estaba muy aburrido en el Paraíso eterno, decidió que a pesar de no tener cu-cu, quería tener un hijo, y siendo omnipotente, resolvió preñar a una jovencita a través de una paloma blanca, previa anunciación mediante ángel.

Cuando María contó la historia a su marido, éste la quiso incapacitar e internar en un psiquiátrico (supuso que le habían pasado jaco chungo). Le hicieron a María una prueba para detectar estupefacientes en sangre, y la Guardia Civil de la época la interrogó extensamente.

Los resultados analíticos no fueron concluyentes, pero como José amaba profundamente a María y era muy crédulo, decidió que criaría a ese hijo como si fuera suyo, aunque se sintiera algo puto (de ahí lo de padre putativo).

Nació el crío. Creció y se convirtió en un tío muy enrollado, de lo más desprendido y bastante rojillo, la cual cosa cabreó profundamente a los judíos y a los romanos, que decidieron clavarle en una cruz (que hubieran podido clavarle un par de hostias, y andando, pero no, los romanos eran muy suyos…).

Y desde entonces, todos nos ganamos el sueldo con el sudor de nuestra frente y cargamos con nuestra cruz a cuestas… eso sí, de vez en cuando lo compensamos dándole alegría al cu-cu.

Cosas de la historia sagrada…