KNOCK KNOCK KNOCK!!!

Adelante... pasa... como si estuvieras en tu casa...

27.7.07

Gracias... sois los mejores.

El post pasado ha sido épico, adrenalínico, ÚNICO!!

Todas mis reverencias y mis más profundos agradecimientos a ti, que me has encumbrado al cielo comentaril.

Pídeme lo que quieras... otra cosa es que yo te lo dé, que te conozco, bakalao... pero tú pide por esa boquita.

Este abrazo, para ti...



24.7.07

Rebajas

MENSAJE PREVIO: Hay una Nota de la Autora al final del post. Imprescindible su lectura. Si no quieres leer el post, por esta vez, puedes ir directamente a la nota, aunque bueno, ya que estás aquí, no te cuesta nada tragarte lo que he escrito… jejejejeje…

Como es bien sabido a nivel mundial, tengo algunas adicciones, que llevo con la mayor dignidad posible y con toda la estoicidad de la que pueda llegar a ser poseedora.

Partiendo de esta base, he de decir que las rebajas son una gran tentación, capaz de convertirse en adictiva si te descuidas un pelo. La tentanción… Esas luchas con 200.000 marujas por hacerse con un jersey de Abeja Maya (horterísimo y que nunca te pondrías) solo porque está al irresistible precio de 4 euros… Esas carreras por los pasillos de un gran almacén, yendo a la búsqueda de la oferta ganga, hundiendo las manos en un océano de ropa de 3ª entre 600.000 otras manos que arañan por conseguir un sujetador con puntilla digna de putón verbenero del canal Playboy.

Pues bien, tengo que decir orgullosa que no he caído en las fauces de las rebajas, no he caído en la tentación de la compra compulsiva porque sí.

Paso por delante de un escaparate y sin darme cuenta, tengo profundos deseos de comprarme 4 ó 5 jerseys enseña-tetas que estén de moda esta temporada, pero me digo a mí misma: “Akroon, tienes en casa jerseys enseña-tetas, no necesitas otro. Ya casi es agosto. Agosto pasará en un suspiro. Vendrá septiembre, y al cabo de poco empezará el frío. No vale la pena. No lo necesitas. En realidad no lo quieres. Puedes ir enseñando las tetas con los suéters que tienes.”

Y oye, ¡se me quitan las ganas de comprármelo!

Soy la envidia de todos los maridos que se dejan SU paga extra porque la que ganan sus esposas no les alcanza para tanta compra.

Autocontrol, ése es el truco.

He pensado en fundar una asociación, tipo Alcohólicos Anónimos pero con el leit motiv de las rebajas: Rebajeras y Rebajeros Anónimos… o algo parecido.

“HOLA, ME LLAMO AKROON, Y LLEVO DESDE LA TEMPORADA DE VERANO SIN COMPRAR EN LAS REBAJAS”

Y todos al unísono:

“AKROON, TE QUEREMOOOOOOOOOOOOOS!”

Aplausos, abrazos de solidaridad, sensibilidad a flor de piel…

Vamos, que no he sucumbido, no he caído en la tentación, y lo llevo la mar de bien…

Oh! Una zapatería… Uyyyyyyyyyy, mira qué sandalias tan monaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!!!!!!!!
Ooooooooooom, oooooooooooooooom, oooooooom… no, no, no… ya… ya… ya pasó…

Y tú, ¿te has dejado la paga extra en las rebajas?

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NOTA DE LA AUTORA: Quiero manifestar mi más absoluta envidia vil y rastrera por los ciento y pico comentarios que tiene MMM en su blog (y se están encaminando peligrosamente hacia los 200).

Desde aquí, hago un llamamiento bloggosférico a todos vosotros, lectores y amigos habituales y lectores esporádicos, para que comentéis compulsivamente y me ayudéis a conseguir el hito de los 100 (ó 200, quién sabe…) comentarios.

Tú, que siempre me comentas, esta vez, hazlo por triplicado. Es por una buena causa.

Tú, que me lees habitualmente pero no me comentas, esta vez, anímate. Es por una buena causa.

Tú, que has caído aquí buscando en el Google algo como “macramé para principiantes”, “poesías de amor”, "implantes de silicona", "nanas para bebés-pez" o cualquier otra cosa que nada tiene que ver con mi blog, pero que has tenido la paciencia de leerme hasta aquí, comenta. Es por una buena causa.

Si hay alguien a quien las buenas causas no le motiven, que pida por esa boquita sobre qué quiere que postee en mi próxima entrada (a MMM le viene todo el rollo de pedir que postee sobre algún tema en concreto).

Gracias por tu ayuda. Sin ti, nada de esto sería posible. Que sepas de antemano que, tanto si te conozco como si no, te quiero.

20.7.07

Hasta los cojones

Hasta los cojones del trabajo de última hora.
Hasta los cojones de las prisas de última hora.
Hasta los cojones de los reajustes de última hora.
Hasta los cojones de las llamaditas a última hora.
Hasta los cojones de las sorpresas de última hora.
Hasta los cojones de los que se despiertan a última hora.

... En definitiva, que necesito las vacaciones, pero YA.

Puede comprobarse por la gran cantidad de posts que publico, que vamos, uno a la semana con suerte... y de ese uno, lo más probable es que la mitad de lo que digo sea pura bazofia.

Pero esta noche accedo a una cura temporal contra el estrés profesional: cena con los compañeros.

Que sí, que vale, que sigue siendo gente del curro... pero son majetes, y no llevo yo el coche, y voy a ahogar mis penas entre alcohol y risas (o al menos, eso espero!! jejejejeje).

Hasta los cojones... lo dicho, hasta los cojones...

¿Estás hasta los cojones tú también?

13.7.07

Me he vuelto a enamorar

Ayer la jodida FECSA de los cojones me cortó de nuevo la luz repetidas veces durante la tarde, lo cual me dejó de brazos cruzados delante del ordenador durante casi dos horas. Es lo que tiene informatizar tu trabajo: se va la luz, y ya no puedes hacer nada. Ni siquiera podía enviar faxes.

Esto lleva pasando ya unos cuantos días… Este fin de semana voy a tener que comprar un SAI (o dos, ya veremos), y buscar algún generador a pedales para que así pueda funcionar el fax. Mataré dos pájaros de un tiro: hacer ejercicio y auto-abastecerme de energía eléctrica (lo he probado con molinillo de papel en el balcón, pero no me da ni para hacer funcionar el mp3).

Después del estrés (el que ya arrastro, más el que me provoca la jodida FECSA), ayer organicé mi trabajo para hoy poder sacarme de encima una de esas cosas molestas de hacer: ir a liquidar el modelo 600 de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. ¡APASIONANTE!

Tenía que tomarme una mañana entera para ello, porque se sabe cuando entras, pero nunca cuando sales. Es como vivir de lodger en casa de La vieja del Primero… puede pasar cualquier cosa.

Hoy es viernes, casi empieza el fin de semana, el buen rollito se instala en mis neuronas. Hoy no voy a ir a currar a mi segunda ciudad, hoy me quedo en la mía (a liquidar impuestos, vale, pero podía ser peor).

He preparado una carpetita con los papelajos, el cabello húmedo de salir de la ducha y el móvil con radio. Ir en coche hubiera sido temerario, porque la oficina liquidadora está en el puto centro, así que, he tomado el metro.

Me he sentido como una gilipollas, porque hacía tanto que no cogía el metro que al entrar me he dado cuenta de que habían cambiado de sitio las máquinas expendedoras de billetes, y que además era distintas. Parecía una turista intentando entender cómo sacar el billete. Y vale, soy rubia y tal, pero he podido sacar el billete yo sola, mientras un señor viejo me miraba desde la otra punta.

Paso, bajo al andén, y la señal de radio se pierde. En ese momento he odiado no haber aprovechado la promoción de puntos extra para cambiar el móvil al Sony Ericsson que es móvil+mp3. Le he dado al reproductor y el trayecto de metro tenía una banda sonora de varias canciones que he cortado para poner de melodía del móvil, a 30 segundos por canción. Una fiesta, vamos… parecía el Dance Sessions pero con la música que a mí me gusta y sin scratches. Un asco escuchar solo trozos de música, pero era un solución provisional.

He salido del metro. He puesto la radio del móvil otra vez. No sonaban los SOAD, ni los Stone Temple Pilots, ni los Rage Against de Machine, ni… pero bueno, la mañana era perfecta, así que, lo perdono.

No me he llevado las gafas de sol, porque me apetecía que la luz natural me jodiera la retina (que el iris se me queda muy mono con el exceso de sol).

Cola en la oficina liquidadora. Hay que completar el formulario con otro formulario. Hay que hacer dos fotocopias (que he hecho en una tienda que había cerca de la oficina recaudadora, y donde te tiran el tarot y puedes comprar un bolso o unos pendientes de lo más étnicos… Si la dependienta llega a ser un tío, le pregunto si se llama Apu…).

Finalmente consigo que me pongan los sellos que necesitaba. Salgo. El día es genial. Solo es la una del mediodía. Pleno sol. Joder, qué bonita es mi ciudad… hacía tiempo que no iba por el centro.

Voy hacia el metro. Pero no me apetece encerrarme. En realidad odio el metro, aunque reconozco que es muy práctico.

Si tomo el bus, irá abarrotado, lleno de sobacos malolientes y humanidad aborregada. Me apetece cruzarme con gente. Me apetece andar. Me apetece sentir el sol en los hombros y la espalda, que para algo la llevo hoy descubierta.

Me quedo parada en mitad de la calle mientras decenas de personas van arriba y abajo (y no es ninguna metáfora), con no sé qué música sonando en mis cascos. Miro la ciudad. Miro el reloj. Decido olvidarme del reloj y de todo un poco, y simplemente dejarme llevar.

Me apetece caminar con banda sonora y mover mi culo y mi pelo suelto por el centro de la ciudad. Volveré andando.

Miro mi ciudad con ojos de quien no vive ahí. Me gusta. Esta mañana, no sé por qué, me invade una especie de oleada de buen rollo.

Meneo con ganas mi trasero por las calles, el viento tan pronto me retira el pelo de la cara como me lo embarulla sobre ella. Hace calor, pero en su punto justo.

Las calles hoy me besan mientras piso sus aceras, los edificios me silban y me miran para piropearme, la música suena mientras ando tiesa como un palo dejando que el sol acaricie mis hombros y mi espalda desnuda.

Hoy me he vuelto a enamorar de mi ciudad…

10.7.07

La vieja del primero

(UPDATE DE 11.07.07 AL FINAL DEL POST)

Hoy, cuando volvía a casa para comer después de la primera parte de jornada laboral, he ido por el camino de siempre: Ronda Litoral, Av. Paral·lel y resto de trayecto que no voy a decir para mantener el misterio y provocar la especulación.

Casi a punto de llegar a mi destino, he detenido el coche por aquello de que cuando ves una cosa que emite una luz roja justo después de que haya emitido una luz ámbar cuando rato antes emitía una luz verde, es mejor que te pares (porque si no, la nave nodriza de Encuentros en la Tercera Fase, te abduce irremediablemente, unos entes con gorra ajedrezada te quitan puntos del carnet y te clavan una multa que es mu mala de pagar antes de las vacaciones).

Mientras sonaba Lounge Fly de los Stone Temple Pilots a toda leche en el cd del coche, miraba yo curiosa por la ventanilla tras las gafas de sol.

En el primer piso de una de las fincas situada antes de la esquina, en el balcón, hay unas plantas… entre las plantas, un perro. De raza no-sé-qué, pelo rizado, tamaño medio, color blanco. Con la mirada fija en no sé dónde.

He pensado: “qué atento está el perro…”. Me recordaba a un gato cuando se concentra en su presa, con la mirada fija, las orejas tiesas o echadas para atrás (según el momento del ataque), la cabeza baja, las pupilas dilatadas…

Me he quedado mirando al perro, pero el perro no se movía. Lounge Fly seguía sonando retumbando en las ventanillas.

El balcón de al lado parecía pertenecer al mismo piso. Las mismas plantas. Entre las plantas, unos curiosos nidos para pequeños pájaros… nidos vacíos.

“Aquí solo hay palomas, y las palomas no caben por ese hueco”, me he dicho mentalmente.

Vuelvo a mirar al perro. Sigue en la misma postura, con la mirada fija en el mismo sitio.

Miro el perro. Miro los nidos. Miro las plantas. Parece todo mortalmente vivo, o vivamente muerto… vamos, como si las plantas fueran de plástico y el perro disecado.

Ni siquiera el ruido del tubo de escape del ciclomotor de turno ha logrado desviar la mirada del perro. Ni tan solo el toque agudo y fuerte de un claxon ha logrado sacar de sus nidos a algún pájaro.

Ha sido entonces cuando mi mente ha empezado a hacer de las suyas, y he imaginado:

“Evidentemente, aquí vive una vieja enferma de la cabeza con instintos asesinos sádicos.

Cuando murió su perro, decidió disecarlo y exponerlo en el balcón, para recordarle tal cual era. Cuando ella sale las noches de luna llena a tomar el fresco, acaricia la rígida y fría cabeza del can y le habla esperando respuesta de ultratumba, dejándole alguna galletita en el suelo que probablemente una ávida paloma afanará.

Dentro de casa, tiene un par de jaulas con unos canarios y unos periquitos también disecados, mientras suena una cinta de ornitología en el salón. Les echa alpiste, les cambia el agua y les limpia la jaula (que irónicamente siempre está limpia).

Sale al balcón por las mañanas a regar las plantas de plástico, esperando a que florezcan en primavera, y pensando que el abono que le han vendido no funciona porque desde que las compró, jamás florecieron.

Canturrea cuando va a por el pan, con su mirada perdida y aterradora y su andar deambulante, deseando llegar a casa para acariciar al frío perro y echarles alpiste a los pájaros desganados.

Prepara la comida. Pone el mantel en la mesa. Dos servicios. Sirve la comida.

Llama a su marido. Su marido no asoma para comer con ella. Vuelve a llamarle. Sigue sin aparecer. Murmura algo parecido a hay que ver que siempre tengo que venir a buscarte para comer, me tienes harta

Se encamina hacia la habitación de matrimonio. Increpa a su marido por no haber ido y le dice que se le va a enfriar la comida.

Se oye un chirriar en el pasillo, desde la habitación hacia el comedor. Un hombre, sentado en una silla de ruedas, una silla de madera, con ruedas pequeñas, empujada por la vieja…

La vieja le coloca delante del plato de sopa, y empieza a hablar del perro, de los canarios, de los periquitos y de las plantas y su ausencia de flores.

Sirve el segundo plato. Comen. Un café. Recoge la mesa.

El plato de sopa del marido está aún lleno. El segundo plato, intacto. El marido, hierático.

La vieja lanza besos y chasquidos de lengua a los canarios y a los periquitos, animándoles a canturrear… pero ellos no cantan, y el alpiste sigue en su sitio, y la jaula sigue impecable. Ella sigue insistiendo en sus chasquidos y sus besos al aire.

El perro continúa mirando a ese punto fijo, sin entrar en la casa, sin cambiar su postura… igual que el marido, que tiene la misma mirada fija, y el mismo tacto frío que el perro, la misma pose impertérrita, solo que nunca le saca al balcón.

Las plantas perpetúan su ausencia de floración.

Los nidos del balcón permanecen vacíos.

El marido sigue sin darle la réplica en sus conversaciones.

… Y una canción de cuna cantada por una voz de mujer vieja te hiela la sangre mientras llama incesantemente al perro para que entre a comer, chasquea la lengua para que los periquitos canten, se queja de que las plantas no sacan flores, y riñe a su marido porque nunca acude a la mesa a la primera llamada…”.

… Lo que da de sí un semáforo en rojo…

Mañana, cuando vuelva a pasar, tengo que fijarme en si el perro sigue ahí en la misma posturita…

Hoy me he fijado en el balcón cuando he vuelto a pasar por ahí. Esta vez el semáforo no estaba en rojo, pero he podido levantar la vista y mirar hacia arriba.


... El perro seguía ahí... en la misma posición...

... Y NO ES BROMA... ESTABA AHÍ, MIRANDO HACIA EL MISMO SITIO, CON LA MISMA POSE, LA MISMA FRIALDAD...

6.7.07

Adicciones

El viernes pasado, quedé con un amigo para tomar un café por la mañana antes de trabajar (que en mi caso acabó siendo Schweppes Limón dado el calor que hacía, ahora conocida como Schweppes Spirit –que es igual que antes pero como si hubieras meneado la lata y te la hubieras dejado abierta un rato-).

Charlando con mi amigo, al que llamaré Grissom por su profesión forénsica, me percaté de algo: tengo una personalidad ligeramente adictiva. Y no es que los demás se enganchen a mí porque soy la hostia (que seguro que es la primera interpretación que se te ha venido a la cabeza, ¿a que sí? Miénteme, por lo que más quieras), sino que yo me engancho a cosas.

Creo que no es enfermizo (aún), pero eso debería preguntárselo a Grissom, que es el entendido en el tema.

En realidad, si hago un repaso, estoy enganchada básicamente a tres sustancias:

Tabaco
Cafeína
Descongestionantes nasales

Lo del tabaco es jodido: por lo perjudicial que es y todo lo que ya sabemos los fumadores.

Lo de la cafeína es chungo: porque te acostumbras a tirar a base de excitantes (esta palabra en verano se me hace muy sugerente… bueno, y en invierno también).

Lo de los descongestionantes nasales: directamente es una puta mierda. Así como suena.

NUNCA TE ENGANCHES A UN DESCONGESTIONANTE NASAL, SERÁ TU PERDICIÓN Y TU FIN COMO SER HUMANO.

A parte de los anuncios de la FAD (Federación Anti Drogadicción), se debería crean una Fundación Anti Nebulizadores Nasales, y pasar videos en los colegios a los niños para que no caigan en este mundo de sombras y decadencia.

He probado de todo… Me siento como una jodida yonki (que al fin y al cabo es lo que soy, pese a no haber nacido en los U.U.S.S.A.A.… o era los E.U.… ay, no sé, ese Estado en que los presidentes invaden países bajo el pretexto de que tienen cosas que en realidad no tienen y son cosas que son caca caca caca malo malo malo…).

Los drogadictos se meten de todo… yo me he metido todas las marcas habidas y por haber de descongestionantes nasales.

Disneumon Pernasal… con un ssssshhhhhhhhhhhhhhhft directo a la fosa nasal propulsado por gas… oooooooooooooooohhhhhhhh mmmmmmmmmmmmmmm aaaaaaaaaaaahhhhhhh sssssssssssssssssssssssssí… el nirvana… respirando a fosas abiertas de par en par, viendo el mundo de colores y olores…

Vicks Spray Nasal, con su aroma mentolado y su ‘un segundo de OH! Y ocho horas de AAAAAAAAAAAAH’… lo malo es que te deja la nariz hecha una mierda.

Rhinospray, tanto el normal como el específico para alérgicos… era mi fiel amigo hasta que el camello de mi farmacia me dijo un día que no tenía, y me dio Utabón, para que se me pasara el síndrome de abstinencia.

Utabón… oooooooooooooooh, el puto cielo… igualito que el Respibien, que es el jodido paraíso de los yonkis de la nariz. La oximetazolina es un gran invento.

Siempre suelo ir preparada y no tener que recurrir a Camellos de Guardia, pero el día que te quedas sin tu dosis… se te empieza a taponar la nariz, a salirte B en lugar de M y P… Por ejemplo, en el super ‘¿Bor favor, be bodría poner bedio kilo de belón?’.

Te empiezas a poner nerviosa… empieza el mono (y éste no se llama Amedio).

Recopilas todos los botes vacíos de descongestionantes y a mezclarlos en una sola botellita por si te da para una dosis… ¿Dónde coño están los botes vacíos? ¿Quién los ha tirado a la basura? QUIERO MI DOSIIIIIIIIIIS!!!!

Te compras Rhinomer, a ver si con agua de mar se te pasa la tontería… y no… no es lo mismo…

Y, o te largas a un Camello de Guardia que te venda lo que quieres, o te esperas al día siguiente para ir a tu Camello habitual para pedirte que ‘te dé lo tuyo’, con ojeras, voz gangosa y pidiendo por las calles a las abuelas que salen del super ‘es pa jaco, señora, que es mu triste de pedí, pero más triste es de robá…’.

Las adicciones son malas.
Masturbarse causa ceguera.
Dios te quiere.
Solo hay que tener sexo para procrear.
La Iglesia solo procura tu bien como ser humano.
Hay que colaborar en el Domund.

Niños, niñas, cuando el médico os ofrezca descongestionantes nasales, decid: NO.

5.7.07


No, no quiero que me digas algo que no sientas; pero no me importa que no me digas algo que sí sientas.

No, no espero nada de ti, más allá de que seas tú.

No, no quiero hablarte de mí si lo que necesitas es hablarme de ti; aunque hablar solo de ti resulta aburrido.

No, no quiero que me hables de ti cuando lo que necesito es hablarte de mí; aunque hablar solo de mí resulta aburrido.

No, no me impresionas por lo que haces; me impresionas por lo que eres.

No, no me gusta que me agobies cuando tengo la cabeza en otra parte; si la tengo en otra parte, deja que se quede allí un rato, que por algo estará.

No, no pretendo nada de ti más allá de lo que te digo que pretendo; eso sí, hay cosas que no se dicen con palabras.

No, no me importa escuchar 100 veces la misma historia, porque me importas; de todos modos, ten la delicadeza de ahorrarme la 101.

No, no quiero que finjas nada; prefiero que todo sea auténtico; aunque en determinadas ocasiones, miénteme si es necesario.

No, no necesito que le digas a nadie lo que piensas de mí, me conformo con que me lo digas a mí; aunque hay ciertos pensamientos que deberían quedarse en eso.

No, no quiero que evites pedirme ayuda si la necesitas; pese a que sepas que a mí me costará pedírtela si necesito la tuya.

No, no estoy siempre de broma, pese a que esté bromeando casi siempre.

No, no soporto que me traiciones, porque cuando me implico en algo, lo hago por completo; así que si me jodes, me jodes por completo.

No, no me digas que fumar es malo mientras me estoy acabando el cigarrillo; solo logras que tenga ganas de encender 10 de golpe.

No, no te ahorres decirme que todo irá bien cuando tengo un mal día; aunque no tengas ni puta idea de cómo irán las cosas.

No, no me gusta estar currando a las tantas de la madrugada; pero desgraciadamente tengo el mal vicio de comer tres veces al día, y alguna gente tiene el puto vicio de pagarme tres meses tarde.

No, no me gusta que empieces una frase y la termines diciendo ‘nada, nada’; si no ibas a acabarlo, no lo empieces; si te cuesta terminarlo, tengo paciencia.

No, no me pidas que haga planes a largo plazo; hace tiempo que aprendí que hay que ir adaptándose sobre la marcha y me jode sobremanera tener que andar haciendo y deshaciendo.

No, no me importa cuánto tienes; me importa cuánto das.

No, no me pidas que sea otra persona; solo me sale ser yo, para bien o para mal.

No, no te voy a dejar en la estacada; si no reaccioné como tú querías seguramente fue porque no supe más.

No, esto no es una declaración de amor ni de amistad ni una jodida declaración de nada; en realidad no tengo la más menor idea de qué es, empecé a escribir y fue saliendo solo (el estrés es mu malo a la par que altamente perjudicial para la salud mental y física: la prueba, yo misma).

¿¿¿Ande está mi inspiración??? ¿¿¿Quién se la ha llevado???

No, no estoy despierta por gusto a estas horas… me estoy muriendo de sueño.

Y sí, ya que te has tragado semejante post, lo mínimo es comentarlo…