Un mal paso

Parece que el 2007 se empeña en no dejarme recuperar mi actividad bloggera...

Esta vez le ha tocado a ese hombre que está conmigo desde que nací y que siempre me ha apoyado en todo cuanto he hecho.
Papá: hace 5 años, quienes se suponía que debían estar pendientes de ti después de tu operación a corazón abierto, te dejaron sin tu pierna izquierda por un error absurdo y que demostró una gran falta de profesionalidad...
Ahora, le tocó a tu pie derecho por esas cosas que tiene la vida y que a veces gasta bromas que no tienen gracia.

Eres fuerte, soy fuerte, todos somos fuertes, y tomamos lo que nos viene de la forma en que nos viene. Sin más. No hay más alternativa.

No tendrás tus pies, pero sigues siendo una de las personas más íntegras y enteras que jamás he conocido.

Pronto estarás en casa, junto a nosotros, y pasaremos una página más, sorteando nuevamente las piedras que nos pone el camino.

Sé que es probable que pierda a algunos de mis visitantes por mis repetidas ausencias... sé que otros seguirán conmigo... sé que tal vez vengan algunos de nuevos...

Gracias a los que os quedáis. Bienvenidos a los que caigáis aquí ahora o en un futuro. Hasta pronto a los que no pueden sentarse en mi casa a charlar un rato...

Volveré... y no tardaré mucho... Espero encontraros sentados en mi salón, tomando una cervecita de mi nevera. Os dejo las llaves debajo de la alfombrilla de la puerta...