KNOCK KNOCK KNOCK!!!

Adelante... pasa... como si estuvieras en tu casa...

12.12.06

A la verita del fuego…

…Caso que sepas hacer fuego en condiciones, claro (que no es mi caso, razón por la que he vuelto con un aaaaaaaatchís –perdón- cof cof cof –perdón otra vez-, con un resfriado del puente transportista que nos hemos montado MMM y una servidora, y en el que hemos podido compartir un par de días con Arale, Peasho y los Tetes).

Bien es sabido por todos que la fama que tenemos los catalanes es de agarraos (useasedisir: tacaños)… nada más lejos de la realidad: lo que yo hago es ‘optimizar recursos’, que no es lo mismo.

Cuando miro la cuenta corriente que tenemos MMM y yo, me dan ganas de llorar (por lo que intento echarle un ojo lo menos posible, claro) así que, la previsión de gastos nos obliga a hacer rendir cada jeuro al máximo. Optimización de recursos, lo que yo te diga...

Por razones que ahora no vienen al caso y que no voy a extenderme en explicar, una parte de lo que en su momento debía ser nuestro hogar dulce hogar se halla empaquetado en lindas cajas de ‘Lejía Neutrex’ y similares, cuidadosa y pacientemente guardadas en el local de negocio de un buen amigo nuestro. Pero como no es nuestro estilo andar abusando de la bondad de la gente, y por otra parte, tampoco nos gusta tener a la vista nuestras cosas desperdigadas, decidimos llevar nuestra vida empaquetada y a la que ahora no se le da uso, a la casa que mi madre y mis tías tienen en un pueblecito de Castellón de la Plana, donde esta bloggera ha pasado sus veranos de infancia y semi-adolescencia, así como unas cuantas Navidades.

De este modo, decidimos convertirnos en unos transportistas amateurs en ratos libres, y para poder ser un buen Juan-Palomo-Yo-Me-Lo-Guiso-Yo-Me-Lo-Como, necesitamos:

1) Un puente larguito teniendo en cuenta la distancia a la que está el pueblo, la cantidad de cajas que cargar, y el trabajo que ello supone.
2) Una furgoneta o similar.
3) Ganas, muchas ganas… o en su defecto, necesidad, mucha necesidad.
4) Unos amigos que tengan la bondad de darte de comer cuando lo has tenido que preparar todo a última hora y ni siquiera te ha dado tiempo de comprar comida.

Pues bien, primer requisito: PUENTE LARGO. Conseguido. Justamente este iba fantástico, porque tanto MMM como yo nos lo podíamos montar. No pudimos tener la certeza hasta última hora, por cuestiones de trabajo. Y cuando digo última hora, es última hora… unas horas antes de irnos.

Segundo requisito: VEHÍCULO MOTORIZADO DE CARGA. Conseguido. A última hora, y vía internet, pero lo conseguimos!! Con lo pequeño que parecía por fuera, y lo grande que era por dentro! Los reyes del asfalto...!!

Tercer requisito: GANAS/NECESIDAD. Conseguido doblemente. Por una parte, por cambiar de aires (estas son las ganas), por otra parte, porque llevamos años cargando con nuestra vida en cajas de un lado para otro, y queríamos que el lugar donde se quedaran fuera uno del que no se tuvieran que mover (esta es la necesidad).

Cuarto requisito: AMIGOS QUE TE ECHEN ALGO AL PLATO. Conseguidísimo sobradamente. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin Arale, Peasho y los Tetes? Probablemente o bien hubiéramos muerto de inanición, o bien nos hubiéramos echado al monte a comer raíces de cosas y matar animales a pedradas o pescar peces con un palo afilado… Afortunadamente todo lo que comimos venía previamente empaquetado o por cortesía de vecinos del pueblo.

Llegamos a nuestro destino el miércoles por la noche, a eso de la una y algo de la madrugada… y lo más sorprendente es que no nos perdimos por el camino… y no llevábamos GPS!! No me lo creo! Doblamos por donde debíamos doblar, tomamos los desvíos correctos, apuntamos bien hacia nuestro destino… increíble!!! Descargamos las cajas, subimos a casa, y a descansar.

El jueves, mientras yo salía de la ducha con una toalla enroscada en el pelo cual caracola de mar y otra envolviéndome el delicado y helado cuerpo en invierno que dios me ha dado (para bien o para mal, eso va a opiniones), me pareció oír unos ruidos que venían de fuera de la casa… unos golpes, según parecía, en la puerta… Mientras me secaba el pelo con el mini-secador de viaje (que bastante mala leche tiene para ser tan pequeño) me pareció oír otra vez golpes acompañados de una voz que gritaba no sé qué.
Cada vez los golpes eran más fuertes y estruendosos.
Le dije a MMM, ‘¿Estos golpes son en nuestra puerta?’ (desde el piso de arriba a veces se hace difícil de decir).
MMM contestó con un ‘Nu sé’, y le di otra vez al interruptor del secador.
Pero los golpes no cesaban, y ante el inminente peligro de derribo de la puerta y acecho de los vecinos por semejantes gritos, bajé como pude a la puerta de detrás de la casa, en la cocina, para ver si era allí o no dónde llamaban. Y sí, era en mi casa.

Pude reconocer una figura vestida con pantalones negros, y otra al lado, vestida de color más claro. Increpé: ‘Manifiéstate!!!’ (rollo Iker Jiménez)… jejejeje… No encontraba las llaves para poder abrir la puerta, y dije que fueran por la parte de abajo -la entrada principal- que les abría esa puerta. Cuando obtuve contestación, reconocí a los seres que se hallaban frente a mi puerta. En un inconfundible ‘Venga, petarda!! Que llevamos media hora llamando a la puerta, a ver si te instalas un timbre!!!!!!’, reconocí la voz de Arale. Di un bote de alegría… Y es que como en el pueblo no hay cobertura, lo más mejor para comunicarte es plantarte en la casa de la gente.
Abrí la puerta, recibí a Arale y a la Tata, muacks muacks, hostias qué ilusión, venga coño, arréglate de una vez que nos vamos no sé dónde, joer ya voy, que me habéis pillado saliendo de la ducha, que si hay pan por aquí, que si os esperamos en casa… bla bla bla, muacks muacks, hasta dentro de un rato.

Hicimos la cama a una velocidad vertiginosa a la par que me percataba de que me había olvidado todo el tabaco en Barcelona, lo cual es una grandísima putada cuando eres una adicta. Y venga, a comprar tabaco!

Mi intención era comprar algo de comer, pero la mirada que me echó Arale acompañada de la frase ‘No tardéis’, me dio escalofríos, y cuando vi la cola de la tienda, entendí que o compraba algo, o llegaba pronto, pero las dos cosas no. Y como no hay cobertura, no podía pedir el comodín de la llamada para tan importante decisión. No compré. Me planté junto con MMM en casa de Peasho y Arale con las manos vacías… qué morro, por dios! Menos mal que son buena gente y creo que aún no me odian… todo llegará…

Nos encaminamos hacia Olocau, con nuestra super-fragoneta de la muerte. Tenía instrucciones precisas: a la izquierda, pasado el puente, bla bla bla… Puerta de madera grande, con un tirador negro. Monovolumen aparcado en la calle. Ok.

Llegamos, aparcamos detrás del monovolumen. Tiene que ser éste. Yo no sé qué coche tienen los Tetes, pero no veo más monovolúmenes, así que mi convencimiento es pleno. Veo una puerta grande de madera con tirador negro. P’allí que voy, decidida a abrir la puerta (porque ya me habían dicho que me olvidara de llamar a puerta, que no oirían nada, que entrara directamente).

Intento abrir la puerta. No puedo. Le digo a MMM que lo intente él. No puede. Parece que está cerrado, pero el coche está en la calle, así que están en casa. Vuelvo a intentarlo, pero no hay manera.

Al final, después de vagar como almas en pena durante 20 minutos por el pueblo a ver si les vemos por la calle o algo, decidimos llamar al timbre de la casa que hay al lado de la que estamos intentando abrir. ‘Hola, buenas, mire, estamos buscando la casa de una pareja que viene desde Barcelona, pero no sabemos exactamente cuál es…’. La amable mujer dice ‘Sí, bueno, ¿cómo se llaman?’, y nosotros ‘Pues Peasho y Arale, y vienen con unos amigos, apodados los Tetes’… Al instante la mujer nos dice que no es la puerta a la que estamos llamando, sino la de enfrente. Nos acompaña hasta allí, y se cerciona de que podemos entrar y enfilamos bien en camino. Le damos las gracias (qué mujer más maja), y cruzamos el patio exterior y nos encaramamos por las escaleras.

‘Ye jeyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, aúpa, unos que suben! Uuuuuuuuuolaaaaaaa!’, y allí nos plantamos.

Pedaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaazo de barbacoa que nos metimos entre pecho y espalda. Una servidora se encargó de hacer el alioli, que parece que quedó correcto.

Ese jueves comimos como cerdos hasta no poder más, jugamos a cartas con Gatchán y Tete Hijo a una especie de juego que aún estoy por entender y en el que todo el rato perdí, nos jugamos la escandalosa cifra de 50 céntimos de jeuro al Bingo Casero, jugamos al Trivial para Jóvenes (y me di cuenta que lo mío es el Trivial para niños de P4), nos reímos, hicimos fotos, nos olvidamos de los problemas que habíamos dejado en la ciudad y nos sentamos a perrear por el comedor.

Después de todo eso, la cena, con otro tanto de comer a dos carrillos. Sobremesa de bla bla bla, juas juas juas, y hacia las 2 de la madrugada nos fuimos para casa… Claro, somos ese tipo de amigos pesados que no se van ni con agua caliente… Y si no, que os lo digan Arale y Peasho, que nos han tenido dos veces en su casa desde la cena hasta las 8 ó las 9 de la mañana… me sorprende que aún nos dirijan la palabra…

Mientras volvíamos a casa por una solitaria y muy oscura carretera, empecé a imaginarme esos cuentos de miedo que se cuentan de la muchacha que subes al coche y en una de las curvas te dice ‘cuidado, yo morí aquí’ (otra vez rollo Iker Jiménez), y cuando pasas la curva ya no está; o esas historia de ver gente que te saluda en medio del camino en esa negra noche en mitad de la carreta, y que cuando te acercas desaparece (Iker, siempre presente)… Evité decirle nada a MMM hasta llegar a un tramo más iluminado, porque una cosa es pensarlo, pero si lo llego a decir, directamente me da un jamacuco… pero no, no hubo chica muerta que subir al coche, ni ente extraño saludando a lo lejos… Menos mal…

Al día siguiente, quedamos después de desayunar en casa de Peasho y Arale, para irnos de excursión a Tronchón y Mirambel. Qué buenos son, esta peña que ha veniiiiiiiiido, qué buenos son que nos llevan de excursión.

El viernes tocaba comer y cenar en nuestra casa. Aunque las almas caritativas con que nos íbamos de excursión seguían poniendo la comida.

Nos hicimos más fotos, nos reímos otro tanto, y para casa de MMM-Akroon.

Comimos otra vez hasta no poder más (amenizando la velada con unos LP de Enrique y Ana –dándonos cuenta de lo viejos que nos hacemos cuando Gatchán y Tete Hijo fliparon en colores al ver ‘un cd tan grande y de color negro’-), dimos rienda suelta a nuestra ludopatía binguera, jugamos otra vez al Trivial (donde las chicas montamos equipo contra los chicos, empezamos con un pie nefasto, hicimos una remontada increíble, y ganamos con una dignidad encomiable), reímos otro tanto imitando a la niña de Shreck… y unas cuantas gilipolleces más.

Cenamos, y nos reímos otro tanto más, y nos dedicamos a rememorar nuestras épocas de infancia realizando trabajos manuales en papiroflexia, lo cual fue más complicado de lo que parecía porque nadie se acordaba de cómo se hacía un puto barco.

Les pedí a Arale y a la Tata que me hicieran números, para pagar nuestra parte de papeo (no era plan de ir de gorra), y en mitad de la cocina, se me pusieron a bailar como El Tricicle con la canción de Julio Iglesias, preguntándome segundos después ‘¿Te va bien este número, o te hacemos malabares?’. No hubo manera. Juro por dios que quería pagar mi parte, que soy pobre, pero digna… pero no hubo manera. Y no contentas con darnos de comer, encima, me dejaron comida en la nevera para el día siguiente. La Tata me dijo tímidamente y hasta sabiéndole mal ‘el tomate nos lo llevamos, que lo necesitamos para mañana, lo siento’… cagontóloquesemenea!!!! Faltaría más!! Si es que no tenían que dejarme nada en la nevera!!! Y tenían que decirme cuánto me tocaba poner!!!!! Acordamos zanjar el tema con una futura calçotada. GRACIAS A LAS DOS…

El sábado se iban las dos Familias Telerín, y nosotros nos quedábamos hasta el domingo. Pasamos el día tranquilitos, organizando cajas, recogiendo la casa, etc… Y por la noche, me puse pachucha. Pillé un resfriado del copón que me mantuvo inmovilizada en un sillón al lado del fuego y con una manta enroscada como una momia, con escalofríos y cara de imbécil.

Al día siguiente MMM se comió el viaje de vuelta. Empatados: yo el de ida, él el de vuelta. Realmente yo no hubiera podido conducir, estaba como una sopa…

Llegamos a Barcelona, devolvimos la furgo de alquiler, deshicimos la maleta y pese a que el viaje y el tema de las cajas fue algo pesado, después de un finde tan divertido nos dijimos: QUÉ BIEN SE ESTABA A LA VERA DEL FUEGO!!!!

… Que se repita…

14 comentarios:

Bego dijo...

Mira, desde el momento en que has dicho que llegasteis sin perderos has perdido toda la credibilidad. Q lo sepas

(envidia, pura envidia que ya no soy del club...)

Muackz guapetona!!

Anónimo dijo...

Bueno... vale... de acuerdo...guebos fuertes.
Que sepas que ya huelo la calçotada... je je je (risa maligna donde las haya).
Esta mañana cuando he llegado al curro, he sido consciente del fin de mis vacaciones... y que duro se me ha hecho por dió.
Por cierto... Peasho me está preguntando si realmente te hicimos el número del tricicle.. y he tenido que bajar la cabeza y afirmar que así fue...¡¡Ha sido un puente redondo colega!!
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de tan buena compañía y es que estos días en Olocau me han sentado de maravilla…
He desconectado al 100% de todas las mierdas que me rodeaban últimamente, pero lo mejor de todo ha sido, reafirmar lo que ya sabía… y es que tengo un par de amigas que valen su peso en oro.
Quiero repetir…
¿¿¿¿¿¿cuando volvemos al pueblo???????????
Mientras organizamos otra salida de estas, podríamos ir calentando la barbacoa de los tetes y nos marcamos esa calçotada…
Ah!! Por cierto… yo, como me fui al pueblo medio acatarrá, me desprendí de los viruses allí, pero por lo que veo, la tata y tu, estáis hechas polvo… ella, ayer se pasó el día en la cama medio muerta y tu, más o menos igual…. Si es que no se os puede sacar a pasear coñio!!
¡¡Un besooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo guebos fuertes!!!

Dammy dijo...

¡Cachis! ¿Ves? Yo tenía que haber estado ahí... ¡Yo se hacer barquitos de papel!

Jejeje, pero vaya, a la próxima yo me apunto como que me llamo Dammy... o no. :-P


Dammy

Unknown dijo...

Después de tener que leer tu historia (en dos capítulos) me he quedao con el lp de Enrique y Ana???? dios mío, pero todavía existen esos discos?? :P

A pesar de eso, me acabas de meter una envidia sana (por supuesto) alucinante, estoy deseando tener un puentecito para coger el coche y perderme con mis amigos por ahí!!
Seguro que es de estos viajes que no se olvidan en la vida :))))

besiños y a disfrutar!!

thtswhtisaid dijo...

ajjajaaj que puentes más locos... y joder, qué buena compañía...!

alvarhillo dijo...

El “Tragón Volador” ha llegado.

http://alvarhillo-eltragn.blogspot.com/

Selecto ambigú, visite nuestro blog

Anónimo dijo...

Hola! Te he leído hoy por primera vez, y me ha gustado tu historia. Volveré por aquí. Saludos!

Srta. Effie dijo...

Nena! ¿Así que todo ese olor a morcilla y chuleta erais vosotros?
Que cerquita de casa de Evita que estabais... eso si, como buena imitadora, me he pasado el puente de degustación de pañuelos: no sabía que hubiesen tantísimos en el mercado. Total, que me he enganchado a la cata del moco y sigo con el sistema inmune por los suelos. Por cierto, la última calçotada que comí fue hace mil años en Santa Pau después de una batalla de estiércol (seco, por Dios)contra mis hermanos. Perdí. Algún dia te lo cuento.
Petonetssssssss

maRKis_puGa dijo...

con lo de enrique y ana hoy no dormire en toda la noche!!! jajaja

Reich dijo...

Feliz Navidad!!

Un besazo para ti y otro para MMM!!

moucho branco dijo...

muy nbuenas!, que sigues habitando el planeta blogoesfera?, ;D

bueno, era para felicitarte la navidad y que no te olvides de nosotros, hehehe

Luis dijo...

Ahora es cuano no puede decirte naa por el tiempo que has estao desaparecia e la bloggosfera, pq yo estoy ausente total!! Pero he sacao un huequito para venir a desearte FELICES FIESTAS!!

Un beso enorme

Srta. Effie dijo...

Bon Nadal!

Anónimo dijo...

Maravillosa experienci, y relato.

Felicidades, que sigan disfrutando.

Besos