Rufina Agorastegui es una muchacha risueña de chisposos ojitos curiosos, sonrisa pícara y andares vigorosos.
Como a toda mocetona, un día le llegó el momento de realizar su primera visita ginecológica. Algo que toda mujer desea fervientemente cada año por el buen rato que pasa charlando del tiempo mientras alguien a quien no conoce de nada hurga en sus partes más íntimas con desprecio y sin siquiera un besito antes de empezar la faena.
Por pudor, buscó en un listado de médicos uno que fuera mujer como ella, y que además le quedara cerca de su domicilio.
Sabía que un doctor es igual de profesional que una doctora, pero se sentía algo incómoda pensando en abrirse de piernas ante un hombre con el que ni tan solo hubiera tenido una cita. Aunque claro, pensar en pedir hora para el ginecólogo y el primer día proponerle irse de copas para tener algo de confianza, se le antojaba ridículo, excepto si el doctor estaba de muy buen ver, en cuyo caso tal vez decidiera abrirse directamente de piernas con o sin familiaridad previa, evidentemente para la revisión ginecológica habitual, no para ningún otro menester.
Para no complicarse la existencia ni la visita médica, localizó a una ginecóloga en su mismo barrio. Llamó, pidió cita, y el día en cuestión se presentó en la consulta: sin roña detrás de las orejas y con las bragas limpias.
Mientras esperaba su turno, se dedicó a escudriñar la sala de espera. Había revistas del corazón, revistas del National Geographic, revistas de temas médicos… pero lo que a ella le interesaba era explorar el entorno. Dedujo que aquella doctora gustaba de viajar a países exóticos, montar a camello en el desierto, cortar lianas con un machete en plena selva tropical, probar gusanos y saltamontes asados, sufrir enfermedades transmitidas por mosquitos amazónicos y todas esas cosas propias de las personas aventureras. Una mujer de mundo en definitiva. Sentía curiosidad por qué cara tendría la doctora y con qué actitud la recibiría.
La recepcionista de la consulta asomó en la sala de espera:
- ¿Rufina Agorastegui?
- Sí, yo.
- Puede pasar.
- Gracias.
Entró en la consulta y ahí estaba la aventurera ginecóloga, sentada tras la mesa, preparando los papeles del historial médico para el interrogatorio del tercer grado.
Lejos de fijarse en su cara, en su pelo, en su vestimenta bajo la bata blanca, la mirada de Rufina fue directamente a sus manos. Más concretamente a sus dedos.
‘Tiene dedos de ranita’, pensó.
La doctora le iba preguntando si tenía antecedentes de esto o de lo otro en su familia, si había tenido abortos, si tenía alergias a medicamentos, etc.
‘Dedos de rana, definitivamente… Con esas bolitas por yemas’, siguió pensando absorta mientras imaginaba una rana verde pistacho de piel brillante vestida con bata blanca y asistiéndola delante del potro mientras buscaba una mosca que le sirviera de merienda. ‘Espero que no tenga mini-ventosas en las yemas… sería fatídico’, se dijo a sí misma.
De pronto, pensó que debía huir de aquel lugar y dejar a la ginecóloga con la palabra en la boca. Rufina se dio cuenta de que el momento para que le dijera ‘puede desnudarse de cintura para abajo’ estaba cada vez más cercano. Se tumbaría en la camilla recubierta de papel blanco altamente higienizado, apoyaría las piernas en el potro abiertas de par en par y la doctora procedería con sus dedos de rana a efectuar el examen. Pero Rufina no podía dejar de pensar en esas bolitas que tenía la ginecóloga por puntas de dedos. ‘Seguro que cuando acabe, pese a los guantes, sus deditos de rana harán ventosa y cuando los retire sonará como una botella de cava descorchándose’, idea que le aterraba por lo grotesca que era. Y le entró la risa. ‘Mi coño es una botella de champagne’. No podía parar de reír.
La doctora miraba atónita a Rufina, abierta de piernas sobre el potro, desnuda de cintura para abajo, vestida de cintura para arriba. La mascarilla no permitía ver la mueca de la ginecóloga, pero sus ojos la delataban: estaba más perdida que Britney Spears en una ordenación de curas, no entendía nada. Rufina, mientras tanto, esperaba el momento del descorche, porque si era algo que debía pasar indefectiblemente, al menos tomárselo con humor. Pensó en cambiarse el nombre y llamarse Cordón Negro Agorastegui, o tal vez Rondel Oro Agorastegui, o quizá Recaredo Agorastegui si quería parecer de más alta alcurnia. Moët Chandon Agorastegui le parecía demasiado pomposo.
El momento del descorche se acercaba. Rufina esperaba oír el ‘plop!’ de un momento a otro, y no podía contener la risa mientras una gota de sudor frío le recorría la sien.
La ginecóloga acabó la visita y no se oyó ningún ‘plop!’. Rufina se sentía entre aliviada y decepcionada. Se vistió, sin biombo alguno, recogió su bolso y se fue. Mientras estaba en el ascensor, pensó: ‘Casi preferiría quedarme en pelotas durante la visita… estar desnuda solo de cintura para abajo es muy humillante’.
Pasaron los años y las visitas con la Dra. Rana se sucedían sin incidencias, aunque Rufina siempre acababa imaginándola subida a un nenúfar y croando aventureramente ‘BUD-WEIS-ER!!’.
Un día, la Dra. Rana decidió dedicar su vida a los viajes en camello, a los saltamontes tostados, a los oasis desérticos, y acabó formando parte del harén de un magnate árabe, abandonando su profesión y dedicándose a complacer de forma sumisa las perversiones sexuales de su esposo y amo.
La pobre Rufina, que ya había logrado establecer una relación de confianza con la ginecóloga, tuvo que buscarse nuevo facultativo que la atendiera.
Decidió probar suerte con los ginecólogos de la Seguridad Social, y eligió a una doctora por el nombre, simplemente porque le sonaba bien. Pidió cita y el día en cuestión acudió como todas las otras veces: sin roña detrás de las orejas y con las bragas limpias.
Rufina estaba en la sala de espera, pasando el tiempo enfrascada en la lectura de un libro y mascando discretamente un chicle con sabor a hierbabuena.
Salió la enfermera:
- ¿Rufina Agorastegui?
- Sí, soy yo.
- Pase.
- Gracias.
Entró. La sala era un tanto fría, toda ella de color blanco iPod inmaculado, con los vendajes ordenados por tamaños y los sueros fisiológicos según fecha de caducidad. De entrada, no pudo forjarse una idea de cómo era la doctora: ¿Sería una mujer de ir a misa? ¿Sería una depredadora sexual? ¿Sería la madre perfecta, esposa perfecta, hija perfecta, nuera perfecta, hermana perfecta, todo perfecta? ¿Sería una ex-progre pseudohippy? ¿Sería una mujer corriente y moliente?
‘Al menos no tiene dedos de ranita’, se consoló resoplando confortada.
Rufina se hacía todas estas preguntas mientras mascaba silenciosamente el chicle un par de veces, solo un par. Decidió guardarlo entre la segunda muela empezando por atrás y la mejilla.
La ginecóloga, tras un aséptico ‘buenas tardes’, se había pasado unos minutos rellenando papeles y preparando de nuevo el tercer grado, y todo ello sin mirar un instante a la paciente. Finalmente, levantó la vista del papel y miró a Rufina por encima de sus gafas.
- Tire el chicle en la papelera –dijo en un tono gélido.
- ¿Perdón? -preguntó Rufina.
- Por favor, tire el chicle en la papelera.
Rufina, sorprendida, se levantó, fue hasta la papelera de la esquina del consultorio y tiró el chicle.
‘Que yo sepa, no estaba mascando el chicle con el coño… Y que yo sepa, no me van a mirar las muelas… No entiendo nada’, pensó Rufina extrañada.
Se sentó de nuevo, esperando a que la doctora la castigara de cara a la pared con los brazos en cruz y con sendos tomos de la enciclopedia de los medicamentos sostenidos en cada mano no sin previamente haberle hecho escribir 500 veces ‘No mascaré chicle en la consulta, ni con la boca ni con el potorro’. Pero era la Seguridad Social, y no estaban para perder el tiempo en tonterías.
Se sucedió el tercer grado sin pena ni gloria y vino EL MOMENTO.
- Desnúdese de cintura para abajo y túmbese. La enfermera la ayudará.
- Gracias.
‘Sé tumbarme sola, cada noche lo hago al irme a dormir… pero bueno… cualquiera le replica’, pensó Rufina todavía preguntándose por qué debía tirar el chicle a la papelera para una revisión ginecológica.
Se desnudó de cintura para abajo. Dejó sus pantalones bien puestos encima del respaldo de una silla, y las bragas (limpísimas) escrupulosamente dobladas encima del asiento. Se tumbó sobre la camilla cubierta por un altamente higienizado papel blanco y se abrió de piernas sobre el potro. La enfermera colocó una tela verde sobre su vientre y se retiró.
La estampa era impagable: Rufina abierta de piernas como un pavo a medio rellenar; delante de ella, a su izquierda, la mesa y detrás la doctora escribiendo una aproximación al Quijote; delante de ella, a la derecha, una puerta que no sabía a dónde daba. Veía sus rodillas y las puntas de sus pies, que movía alegremente en un intento de entretenerse y no pensar en que tenía todo el potorro al aire sin siquiera un biombo de por medio.
De pronto, se abrió la puerta que Rufina no sabía a dónde daba. Rufina abrió los ojos, que parecían dos platos de Villeroy Boch, en un gesto de sorpresa. Detrás de la puerta apareció un hombre ataviado con una bata blanca. El hombre se dirigió a la Dra. Tirelchicle.
- Acaban de venir los del sindicato.
- ¿Y cómo está el tema? –contestó la ginecóloga.
‘El tema lo tengo al aire’, pensó Rufina, que no se creía que aquello le estuviera sucediendo a ella. Mientras, movía los dedos de los pies y los miraba fijamente procurando autohipnotizarse pensando en una playa de arena blanca y mar cristalina y calmada, en un vano intento de abstraerse del hecho de que un hombre con el que ya no solo no había ido a tomar una copa sino que ni tan solo había cruzado una palabra, estuviera viéndole la pepitilla en todo su esplendor y hablando del sindicato.
- Bueno, las enfermeras han decidido que blablablablabla… -seguía explicando el hombre con la bata blanca a modo de latest news.
- Ah, está bien, no es mala idea.
‘Será médico. Tiene que ser médico. Si un extraño me ve el chumino, tiene que ser médico. Me niego a que un sindicalista del comité de empresa me vea el potorro siendo un tipo tan feo y sin haberme invitado a una copa’, se repetía Rufina incesantemente.
El señor de la bata blanca y la Dra. Tirelchicle seguían hablando de temas sindicales. Rufina seguía moviendo los dedos de los pies concentrándose para mover el pequeño con la simple finalidad de dirigir su atención hacia otra cosa que no fuera pensar que el señor de la bata blanca tenía un primer plano estupendo de su entrepierna.
- ¡Disculpen! –les increpó Rufina en tono firme.
Ambos se volvieron y la miraron, con cara de extrañados.
- ¿Sí? –preguntó la Dra. Tirelchicle.
En ese momento, Rufina se arrepintió de haber abierto la boca además de las piernas, porque ahora sabía a ciencia cierta que ambos la estaban mirando esperando una explicación a la interrupción, explicación que ella debía dar abierta de piernas y sin bragas, moviendo los deditos de los pies para abstraerse de la situación y levantando la cabeza mientras forzaba sus abdominales para comprobar que la miraban a los ojos.
- Miren… Me alegro de que la doctora no tenga dedos de ranita, lo cual es todo un logro. He tirado el chicle a pesar de no estar mascándolo con el coño. Se me están durmiendo los pies, que esto del potro es de lo más incómodo que se ha inventado jamás. A usted –dijo señalando al señor de la bata blanca- le estoy enseñando algo que nunca enseño sin al menos una cena y una copa previas. Comprendan que esto es algo muy violento para mí… Deseo de todo corazón que las negociaciones sindicales fructifiquen, pero tengan en cuenta que estoy abierta de piernas enseñando el culo.
Se hizo un silencio solemne. Los dos la miraban fijamente. Rufina movía los deditos y ya había perdido de vista hacía rato la playa de arena blanca. Notaba las pulsaciones de su corazón irado en las sienes. Tomó aire decidida, subió un poco más la cabeza y dijo:
- No querría molestarles con mi interrupción, pero, ¿no tendrían algo para leer mientras acaban de discutir el tema? Gracias.
57 comentarios:
Boníssim!!!
Jajaja, buenísimo.
Pobre Rufina. Tengo tres hermanas y muchas amigas y siempre tienen una anécdota que contar de sus visitas al ginecólogo.
Besos cordiales
Mi coño es una botella de champagne’
Mira, todavia rio!
jajajajajajajaajajajajaj
Ere buena AK, y te odio mucho por eso...
Slices of life?
jajaja!! Malvada! pedorra! joía! q risaaaaa!! q estoy llorando aún d lo q me he reido. Mi madre mirandome con cara d estar pensando q tgo alguna clase d trastorno psicotico debido a mis cambios de humor tan acusados. Y yo diciendole "No, naaa una cosa q esto..oo..yy leyendooo que...me recuerda a algo que me pasoooo"
Y sip, lo admito, me pasó algo muy muy parecido que mi mentehabia hecho bien en dejar en el olvido y ahora tu has devuelto...
T has superado!
Es lo que tiene la I.T.V. de los bajos coñales.
A mi, por de pronto, mi asesor no me ha asesorado al respecto, pero me ha traído a casa. Por tardón... y por que le he amenazado con un tacto prostático, que ya está en la edad.
Bah.
Me voy a cenar.
Después hablamos de potros y de picos de pato.
Mi Will mio, mio, mio:
Haz el favor de entrecomillar bien las frases. Ten en cuenta que el nuestro es un noviazgo a la antigua, y claro, al no consumar ni consumir, me he asustado por si tu secretito no era lo que yo esperaba.
Sustito cariñito.
Pero qué bueno y que auténtico!! Aunque sea con algunas variantes...
Creo que esta noche me reiré hasta en sueños... Gracias, Akroon!
joujoujou, que bueno... eso si, al final he notado a rufina un poco miedica (de miedo) y no ha aguantado a los medicos, porque se merecian ese corte y aun algo peor!!
will, tu tienes coño?
Ejem, correcto, ya pasaron los estertores risorios. Ejem, je, je. Je. Sí, ya.
Qué cosas, yo siempre pensé que un potro de esos tenía que ser la ostia de cómodo para multitud de cosas y actos. Ya veo que no. Deshecharé la idea de comprarme uno y seguiré con los sofás, pues.
Mi ginecóloga es un amor de mujer... pero detesto ir a verla (por cierto me toca ya).
Solidaridad con la pobre Rufina
LAGARTOJUANCHOSOY: Me n’alegro que t’hagi agradat!!
RAY: Sí, pobre Rufina… Seguro que necesitará terapia antiestrés después de tantas aventuras y desventuras.
Vete a saber, tal vez Rufina y tus hermanas o amigas hayan compartido médico…
Besos grandes!!
WILL: ¿Sabes que reír alarga la vida? El día que seas viejito viejito y estés en tus últimos alientos, recuerda que algunos segundos de más serán gracias a mí… ;)
Will, eres bueno, y yo te quiero por ello…
SOTA: Slices of Rufina’s life... Nice girl, isn’t she? To be continued...
BEGO: Hola guapa!!! Me alegro de que hayas pasado un buen rato… Dile a tu madre que la culpa es mía. Eso sí, no le digas donde vivo, no sea que me caiga un sopapo! :P
Siento haber despertado a tus demonios… nada que un poco de alcohol no pueda solucionar, espero. :P
Un besote enorme enorme, preciosa!!!!!!
EFFIE: Mi querida ‘“sin-ti, nada-de-esto-hubiera-sido-posible”;
Tu asesor solo podría asesorarte al respecto caso de tener cierto parecido con Gabriel Byrne, en cuyo caso serías la envidia del vecindario.
La amenaza del tacto prostático siempre funciona. Lo tengo comprobado… Bueno, funciona siempre y cuando el hombre en cuestión desconozca la táctica del orgasmo inmediato, estimulación del mal llamado Punto G Masculino mediante.
Espero que hayas cenado bien, que tú te mereces cava y delicatessen.
Te idolatro, que lo sepa toa Ejpañia y parte del extranjero! Nena, tú eres muy buena, y un día, que no tardará en venir, haré público reconocimiento de ello…
(Tus secretitos con Will, los dejo para vosotros dos, evidentmuá). :P
MARPESSA: Holaaaaaaaaa! Antes de nada, bienvenida a mi casa, más específicamente a mi salón. El frigorífico, donde la cocina, a mano izquierda. El mueble-bar, cerquita del sofá, a mano derecha. Tú misma, tómate lo que quieras en la cantidad que quieras.
Me alegro de que te hayas reído… Rufina puede que llegue a ser un filón, pobrecita… Le pasa cada cosaaaaa.
Gracias a ti por pasarte por aquí. La puerta está siempre abierta. Será un placer recibirte siempre que quieras!
Un besooo!
NAN: Pobre Rufi… Tiene ataques de valentía y ataques de cobardía. De todos modos, ya la irás conociendo. Creo que este personajillo va a visitar mi saloncete de vez en cuando. :P
EL_IRLANDÉS: ¿Estertores? ¿Eso no era para regar el césped? Jejeje :P
Más que el potro, para lo que Usted menciona creo que sería más útil esa silla de Ikea (creo que era de Ikea) que tenía multitud de posiciones, ilustradas y todo que venían en unos emilios que circulaban por la red.
Siga con los sofás, que bien utilizados, dan para mucho… Incluso para dormir pedales halloweenianos…
CASTA: Eso, solidaridad, que a la pobre le hace falta después de tanto trajín.
Mono el personaje que se ha venido a vivir a mi casa, ¿no? :P
Ak,
Después de leer lo que has dicho de mi, tengo que acudir rauda y veloz al taller para que me enrosquen el churchil por qué corre peligro de caerse al suelo.
Y eso si que no.
Petonnnnnnnnsssssssssssssssss
¡Pero qué jugosas son las historias de Rufina! (Y lo digo sin segundas).
A mí todo esto me ha inspirado... De momento voy a patentar un invento. Se podría llamar: "pantalón de inspección" o algo así. Sería unisex, en todo caso. El pantalón tendría una hechura y corte normal, la única adaptación sería una cremallera 29 cm más larga, que se extendería hasta la rabadilla.
De esta forma, las mujeres podrían pasar la ITV de los bajos vestidas de cintura para arriba y para abajo. No tiene sentido esa humillación de culo blanco al aire con blusa de raso y súeter. Esto de desnudar no tiene sentido. A un coche se le abre el capó para trabajar el motor: no se le desmonta la carrocería, qué barbaridad. El médico sólo necesita una raja en el pantalón para acceder a la raja de carne.
Rufina tuvo bastante suerte de no pasar la revisión en un hospital universitario. Un amigo mío, hace años, se fue de viaje de novios a EEUU y con las toallas del hotel pilló un bichejo en sus partes. Fue al urólogo del hospital universitario que le hizo bajarse los pantalones hasta las rodillas, se abre la puerta y aparecen una docena de estudiantes con sus miradas inquisitava sus libretas de apuntes. Tomen nota, queridos alumnos, vean en qué estado lamentable queda la churra de este señor que ha pillado un gonococo yanky, según él, en un hotel mientras follaba legítimamente con su recién esposa.
Este amigo se suicidó años después, pero no creo que se debiera a este suceso, sino a que su esposa se separó de él porque salpicaba mucho (los espejos).
Lo de Rugina podría haber sido: "Vean, estimados alumnos, comprueben el color sonrosado de este potorro local que ha pasado toda la mañana masticando chicle de fresa con sorbitol". El sorbitol puede producir diarrea.
Sr. Ingle,
Efectivamente, el sorbitol produce diarrea.
¿Los gonococos tienen pasaporte?
Que de mundo tiene Usted.
Suya afectísima (Y afectadísima. Que asco lo de la toalla)
Jajaja, vaya tela.
La de los dedos de rana estaría harta ya de ver tanta parte íntima femenina y era evidente que necesitaba una "terapia de shock" yéndose con ese hombre...
No sé, supongo que debe ser incómodo para vosotras que un desconocido os mire por ahí. Pobre Rufinita...
Besos guapa!!
SRa. Effie: ¿a usted le ha pasado irse por la pata a causa del sorbitol?
Yo tomo tres o cuatro chicles sin azúcar al día, cantidad que, al parecer, no es suficiente para acelerar el tracto intestinal. Si en lugar de tres fueran 18 ya sería distinto, pero no mastico tanto porque tengo miedo de que las mandíbulas se me pongan cachas al estilo Fernando Alonso.
Los gonococos no tienen pasaporte, porque no les hace falta, es decir, siempre viajan camuflados en el capullo de un pobre alma de cántaro, y ahí la guardia civil poco puede inspeccionar.
Mi hermana, que estuvo unos años trabajando en un hotel en Londres, jamás usa las toallas de los hoteles porque ella veía cómo las dejaban los clientes: con manchas de sangre y... en fin, la cosa más jedionda que uno se pueda imaginar.
Por mucho que las laven con agua hirviendo y lejías: ¿quién tiene estómago para llevarse a la cara un trapo que sabes que el día anterior estuvo manchado de mierda ajena o de flujo menstrual ajeno?
(ahora se habrá quedado más afectada aún).
Suyo id ide.
te aseguro que empece a leer la historia pero si soy sincero la deje a medias, lo siento, no tengo tiempoooo!
un besazo nena
Conocí un ginecólogo que fumaba mientras exploraba y un día a la semana, al salir de la consulta visitaba clubs de alterne. Me temo que no por motivos profesionales. Aquellos eran médicos y no los de ahora.
Pufff, una pasada, es buenísimo, ojalá venga un editor, descubra el texto, lo publique y sea un best seller, jajaja, es buenísimo!!!
Ak
De lo mejorcito que has escrito últimamente. Qué coño, un hurra por ti, es buenísimo-intemporal. Como no se me ocurre nada que no desmerezca lo expuesto, me limito a jalear a mis huestes de ranas de San Antonio para que te croen un ola.
Chin chin!
EFFIE: Que te lo enrosquen, que te lo enrosquen… hay cosas que no pueden dejarse desenroscadas y en peligro de desprendimiento… Yo, no me perdonaría haber sido la causa de tamaña desgracia. ;)
Además, te sigo idolatrado, hipercampeona!
Petonsssssssssssssssssssssssssssssss!
JOHNNY INGLE: Sr. Ingle;
Me temo que Rufina va a tener cosas que decir en este salón mío… Me alegro de que la primera toma de contacto haya sido positiva!!
Respecto a su pantalón de inspección, creo que puede tener éxito comercial. Solo le veo el impedimento de la cremallera, que en ocasiones (y sobretodo caso de ser ajustadísimo) puede conllevar dolorosos accidentes. Si precisa patentarlo, contacte conmigo. Estudiaremos los beneficios que Usted puede obtener con ello.
La comparación mecánica me pareció muy ilustrativa.
Lo que ha dicho acerca de las toallas de hotel me ha dejado en un estado entre de shock y de arcadas… no sabría precisarle. ¡Cuánta suerte he tenido al pernoctar en hoteles y salir en un óptimo estado de salud! Clarostá, que jamás he estado en los EEUU. En el continente, sí, pero en los EEUU concretamente, no. Será que los gonococos yankis son más virulentos y cabreosos.
El sorbitol puede producir diarrea, pero la fenilalanina también. Ni caramelos sin azúcar se pueden comer indiscriminadamente!!
KOKRANN La Dra. Rana era una mujer aventurera. Una mujer aventurera jamás podría acabar sus días realizando inspecciones ginecológicas… a ella le esperaba un futuro mucho más apasionante que al resto de mortales!
Besotessssssss!
DRISDRO: Tú sigue haciendo las Américas!! No pasa nada, hombre! Pásalo bien, y busca mi corazoncito en esa esquinita de Corrientes!!! ;)
Un besazo, nene!!! :)
CRONOPIO: Mire, yo fumo (caca, malo, es malo, ya lo sé), pero realizar una exploración ginecológica mientras uno se fuma un cigarrillo, me parece horripiloso. ¿O le parecería correcto que un doctor se tomara un carajillo en mitad de un tacto prostático? En cualquier caso, fumar y beber carajillos se hace después, no durante.
Lo de las visitas a casas de putas (permítame la ordinariez), no seré yo quien lo condene, ni mucho menos. Cada uno es muy libre de hacer lo que le venga en gana, y solo lo condenaría si las señoras y señoritas que allí trabajasen no lo hicieran por voluntad propia.
Uy, qué seria me he puesto, ¿no?
DAMMY: Uauuuuuu! Gracias!!!!!!!!! (sonrojamiento y vergüencitas). Si eso pasa y posteriormente se rueda el corto (o se llega a hacer un largometraje con las historias de Rufina que están por venir), tú le pondrás letra a la banda sonora… ;)
SKÉZENTÉ: Reverencias, espirales imaginarias de movimiento de sombrero y sonrojamiento agudo. Joder, muchas gracias Skézenté!
Tus tropas serán oídas de este a oeste, de norte a sur, en diagonal, en zigzag, en alegres movimientos aleatorios y de todas las formas posibles y por haber.
Trae esa copa y brindemos por la ósmosis!! (o la simbiosis, o el sum sum korda y la madre que lo parió!)
No se irrite, solo le trasladé lo que vi. Piense que hace años fumar no estaba penado. En cuanto a la exploración prostática, tampoco me parece bien que se haga fumando aunque dada la posición en que queda el paciente dificilmente vería si el médico fuma. Tal vez solo podría ver las volutas de humo alrededor, cosa que no deja de tener algo de poesía en esos momentos.
Un ginecólogo visitando lupanares, con fines no profesionales, no sé por qué pero me produce hilaridad.
Salud.
Saben aquél que diu...
Que va la chavala al ginecólogo, se abre de patas en el potro y espera. Llega el galeno, se enguanta la mano y se introduce sin disimulo en las profundidades de la moza.
En éstas le llaman por teléfono y descuelga el auricular con la otra mano (nota: de haber sido la dedorrana habría proyectado la lengua bífida, amos digo yo).
-Hombre Paco, al final venís a cenar, eh?. Cómo, que no sabéis llegar...Yo te indico: al llegar a la plaza giras a la izquierda (nota: visualizar movimiento "tira p´allá" con la mano que queda metida en la joven). Luego a la derecha (nuevo movimiento "p´al otro lao). Vale, la segunda a la izquierda y llegas a una rotonda, giras tooooda la rotonda (la chica en un "válgame los pastores"). Después, a la derecha y ya bajo yo a buscaros.
El tío cuelga y pregunta a la mujer:
-¿Por dónde íbamos?
-¡¡¡Por la rotondaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Jo jo jo jo. Tengo cosecha nueva de hierbabuena y limas brasileñas en la nevera. ¿Te vale un Bombay Saphire para el gin tonic?
CRONOPIO: No, no, no me irrito, ni mucho menos. No me pagan para eso, y teniendo en cuenta el esfuerzo que requiere enfadarse para después desenfadarse, no vale la pena… al menos por cosas como las que Usted plantea. Si me hace un ingreso en la cuenta corriente, puedo echarle la caballería por encima si es preciso. :P
Sobre las volutas de humo durante el tacto prostático, fíjese que ahora que lo pienso, hasta podrían ser útiles. El paciente puede entretenerse en romper las oes de humo, y así se distrae de la invasión a que es sometido (aunque si al paciente le gusta, puede optar por pasar olímpicamente de ello).
;)
SKÉZENTÉ: Jajajaajajajaja… no me acordaba del chiste!! Buenísimo!! Jeje.
¿Cómo? ¿Limas brasileñas? ¿Hierbabuena? (que calculo será para tu mojito, ¿correcto? :P). Bombay Saphire… hmmmmmmmmm… ¿te lo he dicho yo que me encanta? ¿o es cosa de la conexión extra-internética????
No solo me vale, sino que me encanta… ¿Ande hay que firmar??? ;)
Qué coño, menuda situación....nononono, quería decir que en qué situación está el coño....nonono, tampoco era así....coño menudo en situación, grrrrrr QUE NOOOO!!!!
A ver si me aclaro, la señora ranita hizo POP, y como cuando haces pop no hay stop pues la atropelló un camello espatarrado enseñando todo el...coño!!! Ya lo he entendido!!!!!
Me he puesto en contacto con el sindicato, así que paso a leerte sus reivindicaciones:
Punto uno de la sección tercera párrafo dos, al ladito de la caixa
-Aquí se viene depilada o hay plus de peligrosidad
Punto doce del tomo veinticinco y eso que rima dando un brinco, página dieciocho mil novecientos doce menos cuarto
-No está bien reirse de la Sra. ranita, a ella le hizo ventosa con quince años y desde esa temprana edad orina por una sonda. Su himen es más duro que el celofán de envolver CD'S, por mucho que la SGAE diga que así se roba menos y Ramoncín deje de hacer el memo tocándonos el bolsillo y trabaje de una puta vez.
En la tapa del tomo diez hay un moco pegado, ¿de quien es?
Chica, para hacer tiempo que no vengo veo que sigues en tus trece, osea, la una en punto.
Yo pasaba a saludar, a dejar una octavilla publicitaria y a darte un beso bajo la mesa ahora que quien vigila no está. El beso me lo he dejado en la nevera, pero cuando me vaya te lo mando bien fresquito, el anuncio ahí va:
Pasen y vean, ya se ha inaugurado un nuevo blog. No es un blog normal, es para que se nos vea mejor en el buscador google. Si lo visitas lo entenderás. Todavía no nos han hecho la web oficial y mientras se nos ve muy poquito en los buscadores. para amenizar la espera he pensado en promocionarnos GRATIS creando un blog.
¿de qué coño va? Pues pincha aquí como si fuera una oliva y lo descubres.
Ya tenemos la tienda montada, vamos a toda leche y sorprendiendo a todo el personal, incluida la propia Land Rover con nuestros números.
Cuando tengamos el taller a punto esto va a ser la hostia (ojalá).
Bueno, espero que un día acabemos lo que dejamos a medias, no me gusta perderme lo mejor. Si, uno se ilusiona, calienta motores, se imagina ya metido en el ajo y en el último momento...no aparece MMM, grrrrrrrrrrr, a ver si nos vemos los tres para bebernos una caja de voll-damm con tekila, cuateee!!!
Un beso de actores de cine, sin lengua y moviendo mucho las cabezas de un lado a otro.
Joder, cómo echo de menos blogugeuear a como cóño se escriba!!
Y no te pongas faldas tan cortas que se te ve el sello de la ITV.
por cierto, te caduca en Abril creo haber visto de reojo mientras miraba lo otro.
Upsss, repasando los comentarios he visto que le dices a Will que reir alarga la vida...entonces porqué mear no hace nada aparte de mojarte los calzoncillos?
Seguiremos meditando, larga vida al rey.
Vaya mierda, aún me queda saldo y se me han acabado las ideas.
veamos, seguiré leyendo los comentarios y tus respuestas.
Mentalmente me imaginaba en la misma situación que describes, pero algo diferente. Digamos que al ser un hombre la postura es todavía más comprometida, culo en pompa y mirando al suelo. Tienes detrás tuyo a un tipo de dedos gordos (eso es un hándicap terrible), sólo oyes el "PEF" que hacen con los guantes al ajustarlos a su mano carnosa y grande como una raqueta de pádel.
De entrada (mala palabra para poner pero no había otra), el bujerito es bastante más pequeño, mucho menos acostumbrado a que lo exploren por dentro y sumamente delicado y sensible. Encima acostumbra a tener pelos gordotes que se pueden meter dentro y luego quien los saca y en que estado. Una vez dentro, ¿qué cojones buscan regirando el dedo de una lado a otro? Si tienes la mala suerte de tener una erección, ya estás listo machote...un mito caido más.
continuaremos en otra ocasión, bye bye darling
Qué alegría qué alboroto. Acabo de percatarme de que hemos entrado en el olimpo de su vecindad. Y de la puerta de al lado, ni más ni menos.
Ya vendremos a pedirla sal, a ver si la encontramos con camisa y sin botón.
GOTOMAX elevado a la cuarta potencia, con inyección de diesel, llantas de aleación y navegador en el ordenador de a bordo: Los Reyes Magos existen. Doy fe. El día 5 de enero cené muy rápido, me porté estupendamente, me metí en la cama pronto y cerré los ojos fuerte para dormirme a toda prisa. Una semana antes, había echado una carta al buzón dirigida a Sus Majestades Los Reyes de Oriente, pidiendo la Nancy, un set de maquillaje con purpurina, un mini-teclado y un comentario de Gotomax. Al lado de la petición del comentario, podía apreciarse la mancha de una lágrima y el sonido de un suspiro.
SSMM supieron ver que la Nancy me importaba una puta mierda, que el set de maquillaje con purpurina está demodé y que el mini-teclado (Casio PT-20 para más señas) lo conservo de cuando era peke. Pero se dieron cuenta de que la tristeza me consumía porque me faltaba ese puntito de locura-surrealismo-encantototal que solo Goto sabía dar.
Lo que pasa es que ha habido tráfico y SSMM se han parado en un puto concesionario de Land Rover situado en la calle Córcega 222 (entre Aribau i Muntaner) para cambiar los camellos por tres 4x4, y claro, así va el puto país, que llegamos tarde a todas partes.
Cuando desperté el día 6, no tenía ningún Goto en miniatura que al estrujarlo cariñosamente dijera cositas ingeniosas y llenas de imaginación. Lloré triste y desconsolada.
Al cabo de una semana encontré un mail en mi bandeja de entrada en el que SSMM me comentaban que dado el retraso de correos en Navidad, habían recibido mi carta tarde y por ello el día 6 me había quedado con cara de pasmo (no es que no sea buena ni mucho menos). Me pidieron que a partir de ahora las solicitudes a SSMM las haga por mail, que dicen que ya están implementando tecnología informática, y que los pajes están haciendo cursos al respecto.
Y claro, veo que cumplieron su palabra. No tengo muñeco Mini-Goto, pero ha venido Goto in person a decirme cositas de las que solo él sabe decir.
Me parece cojonudo que dejes una octavilla publicitaria. Me ofrezco para ir vestida con traje cocktail negro y zapatos de tacón altísimo y promocionar los Land Rover como si fuera en salón del automóvil… eso sí, hay que discutir el precio y también incluir una referencia en los parabrisas con la dirección de mi blog… quid pro quo, Gotice… ¿aún gritan los corderos?
Los del sindicato, a parte de todo esto, llegaron a la conclusión que donde hay pelo hay alegría, y se dejaron barbas hasta el suelo. Se ahorraron una pasta increíble porque pudieron prescindir del servicio de limpieza, aunque eso sí, las barbas se les quedaban de los más ajkerozitas.
Ramoncín, por su parte, en la quincuagésima operación de estética a la que se sometió, decidió que quería ser Ramoncina y se cambió de sexo. Ahora vende mecheros por los bares y va al ginecólogo una vez al año, pidiendo que le cuenten el chiste de la rotonda.
El moco de la tapa del tomo diez no es de nadie. Surgió por generación espontánea. Se teme que tenga vida propia.
Chico, para hacer tiempo que no venías se te ha echado en falta un güebo y parte del otro. Mándame el beso fresquito y por debajo de la silla.
Tomamos nota todos de la cuña publicitaria, que será debidamente atendida y comentada.
Tienes toda la razón, dejar las cosas a medias es mal asunto y muy frustrante. Se te queda el gesto compungido, la mirada perdida y la sonrisa tristona.
En cuanto a la ITV, es imprescindible ponerse falda corta cuando llevas un antiniebla jodido… En Abril, aguas mil.
Sí, reír alarga la vida. Mear, a parte de mojarte los calzoncillos te deja a gustito y con una sonrisa en los labios. Ese estado de felicidad es asimilable al de reír, por lo tanto, mear también alarga la vida.
Si el tacto prostático lo realizara una señorita estupenda de finos dedos, sonrisa sensual y zapatitos de tacón de aguja, lo de la erección, ¿sería un mito caído más? Es más, teniendo la doctora este aspecto, si al hablar tiene la voz de Carmen de Mairena, ¿también sería un mito caído más?
Como es inmejorable el beso de cine, me lo quedo tal como está, y te mando otro de vuelta.
Continuaremos cuando tú quieras. Ciao ciao, bambinoooooooooo!
EL_IRLANDÉS: Pues sí… qué cosas tiene la vida, ¿no? Si tengo la música muy alta, me avisan; o pasan y se toman un trago, según prefieran.
Vengan a pedirme sal (o azúcar si están haciendo un pastel). Puede que hasta me encuentren en toalla al salir de la ducha. ;)
uy quien es esa chica tan wapa de la cabezera del blog????
Akroon te vigila desde la cabecera de su blog...
Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm... Mmmmmmmmmmmmmmmmm...
Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm... Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm...
Mmmmm... No, nada, nada... que he pasado por aquí y estaba pensando, pero nada, ¡eh!
Jah, mira quién habla.
La sra. Rufina Agorastegui lleva ya doce días con las patas abiertas y el sindicalista espiando con el rabillo del ojo.
¿No le parece hora de mover EL CULOOOOOOO??
Vale que el post es maravilloso.
¡pero queremos más! (más de lo mismo, ¿entiende?)
¡Si viera el látigo que guardo en el trastero! Tengo ganas de quitarle las telarañas...
WILL: Jajajajajajaja... Se aceptan apuestas! ;)
SKÉZENTÉ: Pues va a ser que sí... MMMMJJUUUUAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
(risa maligna)
DAMMY: Jajajajaja... las broncas, a MMM, que es el que más se cuelga... pobre de mí. Snifffs
... Aunque tenerte aquí, ni que sea cavilando, siempre es un placer... :)
JOHNNY INGLE: ¿Qué sería de mí sin sus latigazos? Hum.
A Rufina la dejaremos descansar, que debe estar agarrotada de tanto tiempo espatarrada.
Sus deseos son órdenes para mí. O eran sus órdenes lo que son deseos? O sus deseos eran látigos? O sus látigos eran órdenes? O fundaba Usted la orden del látigo? Indiana pintaba algo en ello?
Sea como sea, quítele las telarañas... siempre vienen bien un par de azotes.
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